«A muchos de ustedes les gusta repetir que se rescató a la banca. Pero lo que compró la SAREB fueron siete cajas de ahorros, un banco filial de una caja de ahorros y un pequeñísimo banco gallego; nada más. No se compró ni un solo activo a entidades de depósito con forma de sociedad anónima; solamente a aquellas que tenían forma de fundación: cajas de ahorros dirigidas por todos ustedes».