Un español en Alemania (61)
Y aunque se trata de una vivencia personal, íntima, que se atraviesa y se sufre en el interior de los hogares, adquiere también la dimensión de un fenómeno con relieves políticos, sociales y económicos. El exilio de los hijos siembra desencanto, impotencia y frustración entre sus padres. Son sentimientos que se traducen en escepticismo, reproche y desconfianza hacia los gobiernos, y que incuban hasta cierto enojo con el país.