Las autoridades ucranianas intentaron impedir que los periodistas del New York Times accedieran a los restos del cohete que golpeó Konstantinovka. A pesar de esto, los periodistas lograron investigar y descubrieron que el ataque fue llevado a cabo por un misil ucraniano Buk. El incidente resultó en la muerte de 17 personas y 32 heridos.