La mayoría de las víctimas de acoso laboral lo piensan al menos dos veces antes de ir a trabajar porque les provoca malestar y dolor. Y, dependiendo del tipo de acercamientos que escuche, de testigos o de las actitudes a las que sea sometida, el dolor puede ser aún mayor e intenso.
Todas las personas amables, caritativas, optimistas y buenas con la vida y la naturaleza tienen un lenguaje corporal positivo, constante, agradable y fraternal. Pero si mientes o dices la verdad, tu cuerpo también habla.