La compañía EssilorLuxottica, propietaria de Ray-Ban y Oakley, ha sido demandada por conspirar con competidores para aumentar los precios de sus productos hasta en un 1.000%. También se acusa a su filial EyeMed de pactar acuerdos anticompetitivos con proveedores oftalmológicos. La demanda incluye a otros 20 fabricantes de gafas de lujo.