Hace escasos meses, en diversas ocasiones y cuando el auditorio se mostraba propicio, Rajoy alardeaba de su magnífico estado físico en general, no solo para terminar la legislatura actual que daba por hecho, sino para presentarse a una tercera.
A río pasado y como siempre sucede, serán muchos los que afirmen que el atípico acceso a la presidencia por parte de Pedro Sánchez sin pasar por las urnas era una “jugada cantada”.
En mi Córdoba natal recuerdo cuando a principios de la década de los 70 cada vez que se escuchaban ráfagas de tiros, automáticamente se los relacionaba con enfrentamientos entre algunos de los varios grupos guerrilleros que en aquellos momentos operaban y las fuerzas de seguridad, en mi particular caso por la zona en que residía los varios intentos de ataques contra la Jefatura de Policía o contra la Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Córdoba son los que más quedaron grabados en mi memoria.
Resulta pueril que tanto Pablo Iglesias como su compañera Irene Montero, Secretario General y Portavoz de Podemos respectivamente, se sorprendan por el estupor provocado entre sus propias filas por la tan criticada adquisición de un chalet en Galapagar cuyo costo supera los 600.000 euros.
Los españoles estamos padeciendo una larga, triste y convulsa etapa a la que no estábamos acostumbrados. Con paciencia, hemos ido asumiendo que cierto tipo de desastrosos acontecimientos ya forman parte de nuestra actual situación. A modo de ejemplo aunque existen muchos más, podríamos citar dos temas altamente significativos como son, la lacra de la corrupción en sus múltiples facetas, y como no, el independentismo catalán.
En abril de 2016 escribí una columna titulada “¿Es Macri más populista que Evo?” y, aunque Usted no lo crea, más allá de los discursos intrascendentes y los amigos “conservadores”, en los hechos es realmente más populista, demostrando hasta qué punto un discurso puede confundir a mucha gente.
La desafortunada y nefasta gestión que viene realizando Mariano Rajoy desde hace cierto tiempo, está siendo muy criticada por una gran parte de la ciudadanía e incluso por un sector de sus propios correligionarios, avocados hacia el descrédito y la consecuente ruina electoral.
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A raíz de las “fakenews” se están produciendo actitudes preocupantes. Por caso, una asociación de medios argentinos realizó una campaña con la intención de que las redes sociales fueran “controladas” por el Estado (¡políticos controlando a los ciudadanos!), argumentando que ellos tienen “editor responsable” en tanto que en las redes “nadie da la cara”. Le temen a la competencia que trae el desarrollo tecnológico y no tienen mejor idea que atacar la libertad de los usuarios.
Nadie promueve ni financia un referéndum si no es para ganarlo. Afirmación que encaja perfectamente con el organizado por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, menos en el capítulo pecuniario por entender que todo el esfuerzo publicitario en redes sociales habrá corrido a cargo de los fondos del partido.
Que la gente está cada vez más descreída de la política no es novedad. Por eso más de la mitad de los europeos -el 56%- confía en los nuevos partidos para propiciar un cambio respecto a las fuerzas tradicionales, según el Eurobarómetro 2018 dado a conocer recientemente, aunque no todos los nuevos son antisistema, como la formación de Emmanuel Macron en Francia. Aun así, la mayoría respalda la pertenencia a la Unión Europea (UE), con un 67% -y va en aumento- que la considera beneficiosa.
Son ya clásicas las fotos de las protestas incendiarias -y la represión policial- de la gente contra los “ajustes” promovidos por el FMI, en muchos países.
En una columna que escribí a fines del 2017 (“No llores por mí Jerusalén”) decía que, desde que Trump amenazó con trasladar la embajada, el revuelo fue fenomenal.
Hace muchos años viajando en plan turístico hacia Eilat, obligado a cruzar cientos de kilómetros de desierto y tierra, me detuve para fotografiar lo que en ése momento para mí podía resultar la foto que mostrara los diferentes mundos que aquí permanentemente se encuentran...
La titulación siempre me resulta la parte más difícil, encontrada ésta todo lo demás fluye con naturalidad, la que en el post de hoy se impuso competía con otra que pretendía incluir las palabras "repúblicas bananas", no pude encontrar uno corto y con el poder de síntesis que las incluyera en el sentido que yo pretendía.
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