Domingo de una tarde noche calurosa de veranos en un pequeño pueblo de Navarra. Decenas de personas disfrutando del momento como si realmente no pasara nada de nada.
Mi amigo Mario me encasilla como un ser… Libre. Para él es su forma de explicarse que si no soy de Izquierdas, o de derechas, o no soy Cristiano ni Marxista, ni liberal ni capitalista –que parece que ahora casi todo el mundo tienen que pertenecer a uno de esos bandos, y si no, es incalificable y por ello un individuo un tanto “Sospechoso”- pues entonces, me califica como… “Libre”.
Honestamente espero que esta sea mi última columna acerca del coronavirus porque no merece más atención, ni quiero seguir al periodismo terror que cuenta cadáveres como si se tratara de un macabro partido de fútbol. Me pregunto si seguirán contando hasta superar la marca del año 2017 de hasta 650.000 muertos en el mundo -32.000 en Argentina- por influenza, según la maoísta OMS.
La yenka fue un ritmo pegadizo y peculiar, que nos trajeron en 1965 un dúo de holandeses afincados en Barcelona, Jhonny y Charley, inspirado en el folclore finlandés. Desgraciadamente el segundo no pudo disfrutar del tremendo éxito que tuvo ya que falleció en un accidente de tráfico.
Hay que confeccionar los nuevos Presupuestos Generales y sobre la mesa tenemos algunas pre-guntas e incógnitas.
En memoria de Enrique Ruano y Chato Galante
El Congreso acaba de aprobar una iniciativa, por la que se retiran las infames medallas concedidas a Juan Antonio González Pacheco alias “Billy el niño”.
Artículo de opinión del presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez
Lo confieso y no me escondo, me siento profundamente taurino, me gusta la fiesta y el toro en todos sus ámbitos, disfruto de un buen festejo, de un encierro por el campo o uno por las calles de una localidad. Me emociona todo lo que rodea a la Fiesta Nacional por el sabor que desprende y porque es parte de nuestra identidad como país. Ese sentimiento que también está profundamente presente en Castilla-La Mancha y que nos hace diferentes a otros lugares.
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A nosotros nos preocupa nuestro conflicto actual. Y queremos defender la cultura “Occidental”. Por eso nos interesa mucho analizar su dimensión, extensión, hasta cuándo, o porqué estamos en él. Ante quién o contra quién. Y, sobre todo, cuál puede ser el posible resultado que barruntamos.
Explicadas las dos fuentes de nuestra cultura actual, ahora procede esbozar unas pequeñas pinceladas desde la teoría General de los conflictos. Lo creo necesario para situar lo mejor posible al lector para que no quepa la más mínima duda de qué estamos tratando, y adónde queremos llegar respecto al estudio de este conflicto concreto que es la posible III Guerra Mundial, en la que probablemente ya estemos inmersos.
Cuando Yony elabora su informe y dice que lo que se encuentra en la Tierra es una civilización con visión de adolescente, lógicamente ha de explicar en qué se basa. Muchas veces es reprochado por su buen amigo, Mario –al que dedico este artículo- porque dice que en los informes habla de cosas abstractas y, a veces, demasiado generalistas, y puede dar lugar a no entender muy bien de qué estamos hablando.
Para entender nuestra “Dualidad” yo creo que se debe explicar a los jóvenes alumnos en los colegios de primaria con esta claridad: No cabe duda alguna que nuestra cultura está basada en dos grandes columnas que la sustentan, a la vez que le dan forma y la moldean a partes inicialmente iguales, la Griega, o mejor aún la de los Helenos, y la judeo-Cristiana.
Ya son muchas las personas formadas que expresan públicamente -hace unos días el papa Francisco en una entrevista- que “la III Guerra mundial” ya está en marcha. Quiero estudiar este conflicto para entenderlo y, si puedo, explicarlo racionalmente. De forma comprensible para la gran mayoría de los lectores.
Ahora toca la vuelta al trabajo. Se acabó la fiesta de Ortigueira, Yony debe seguir observando nuestro sociedad y sus costumbres. También ha de estudiar nuestros conflictos, en ellos es donde se aprecia de verdad la verdadera naturaleza de una persona, de una asociación, o, en este caso, de un estado.
Nos mostró el sabio Calderón: Y la experiencia me enseña/ que el hombre que vive, sueña/ lo que es, hasta… despertar (los tres puntos suspensivos son míos).
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