El texto rechazaba, además, el desplazamiento forzoso de la población civil palestina, incluidos mujeres y niños, en violación del derecho internacional, exigía la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y reclamaba un acceso humanitario sin trabas. Recibió 13 votos a favor, uno en contra (Estados Unidos) y una abstención (Reino Unido).
El responsable de derechos humanos de la ONU advierte sobre la probabilidad de que un número elevado de civiles, en su mayoría niños y mujeres, resulten muertos y heridos si Israel lleva a cabo una incursión militar a gran escala en Rafah, donde 1,5 millones de palestinos están hacinados. La agencia sanitaria señala que los suministros médicos que entran en Gaza son una gota en un océano de necesidades.
La hambruna es inminente en la Franja tras cien días de asedio, bombardeos y ataques terrestres israelíes que han devastado la infraestructura alimentaria, sanitaria y de saneamiento, continuando un genocidio que comenzó con la ocupación, dicen los relatores. En tanto, las agencias humanitarias informan que Israel niega el paso al 75% de los transportes que buscan entrar con ayuda vital a Gaza.
Las agencias advierten que más de un millón de personas buscan seguridad en la ya superpoblada ciudad meridional de Rafah, con cientos de miles durmiendo a la intemperie con ropa inadecuada para protegerse del frío. Saltarse comidas es la norma, y los adultos pasan hambre para que los niños puedan comer. En Cisjordania se registró el primer caso de demolición de propiedades palestinas de 2024.
La coordinadora humanitaria de la ONU en los Territorios Palestinos Ocupados señala que un alto el fuego podría propiciar la liberación de los rehenes tomados por Hamás. Advierte sobre la grave situación del sistema sanitario y pide la completa reapertura del paso fronterizo de Kerem Shalom para evitar una crisis de malnutrición.
Invocando un artículo de la Carta de las Naciones Unidas poco utilizado, el titular de la ONU pide al Consejo de Seguridad que "presione para evitar una catástrofe humanitaria" en Gaza y se una en un llamamiento a un alto el fuego humanitario total entre Israel y los militantes palestinos.
Cuatro días de alto al fuego por parte de las fuerzas israelís y Hamás reviven la esperanza de aliviar las inmensas y apremiantes necesidades de los civiles en Gaza, que incluyen alimentos, agua potable, combustible, medicamentos, artículos de higiene, la evacuación de pacientes y personal médico de algunos hospitales, y atención psicológica a los más vulnerables.
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Las agencias de la ONU temen un desastre humanitario "inimaginable" si se produce una incursión a gran escala del ejército israelí en Rafah, en el sur de Gaza. Señalan que las instalaciones hospitalarias del enclave están sobrecargadas y al borde del colapso y los trabajadore humanitarios siguen corriendo peligro ante la falta de garantías de seguridad y los continuos ataques.
El titular de la ONU señala en una sesión en el Consejo que los israelíes deben ver materializadas sus legítimas necesidades de seguridad, y los palestinos deben ver realizadas sus legítimas aspiraciones a un Estado plenamente independiente. La reunión tiene lugar mientras aumenta el número de incidentes en la región.
Los bombardeos aéreos y ataques terrestres israelíes siguen causando víctimas civiles, con cerca de 23.000 palestinos muertos en 93 días de guerra. En tanto, el único hospital que funcionaba en Deir al Balah debió cesar sus operaciones tras una orden israelí de evacuación, la agencia mundial de salud destaca las inmensas necesidades del sector sanitario gazatí.
El hospital Kamal Adwan del norte de Gaza fue allanado por el ejército israelí durante cuatro días la semana pasada y muchos trabajadores sanitarios fueron detenidos. “Los ataques a hospitales, personal sanitario y pacientes deben cesar, necesitamos un alto el fuego ahora”, reitera el director general de la agencia sanitaria de la ONU.
Las agencias de la ONU alertan de la gravedad de la falta de saneamiento, atención médica, seguridad, agua potable y comida en Gaza. Según las autoridades sanitarias gazatíes, han muerto en Gaza unas 18.000 personas y más de 49.000 han resultado heridas desde el 7 de octubre.
Las agencias humanitarias de la ONU se quedan "sin palabras" para describir la muerte, entre ellas las de niños y recién nacidos, la destrucción y el sufrimiento de cientos de miles de personas ante la reanudación de los incesantes e indiscriminados bombardeos israelíes.
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