Ponemos el foco en el municipio onubense de Palos de la Frontera, donde día tras día hemos podido ver esta semana a cientos de inmigrantes esperar largas colas a pleno sol para poder empadronarse, ya que les han dicho que así conseguirían el Ingreso Mínimo Vital del Gobierno. Pero no es así, ya que no cumplen los requisitos y han sido previamente estafados por supuestos intermediarios que les prometieron una vida mejor a cambio de lo poco que tenían.