En Satartia, Mississippi, una explosión de dióxido de carbono en un oleoducto causó problemas respiratorios y envió a nueve personas al hospital. A medida que el gobierno de Biden busca expandir los sistemas de captura y almacenamiento de carbono, este incidente sirve como advertencia sobre los riesgos asociados con estos proyectos. Además, la construcción de una extensa red de oleoductos para transportar dióxido de carbono plantea amenazas para los asentamientos humanos y la ecología. Algunos científicos también cuestionan la eficacia y los beneficios reales de estas iniciativas.