Y la segunda gran verdad antes anunciada, quizá más rotunda e incontrovertible que la primera, es la siguiente: Que venza quien venza en un posible plano militar, el que pretenda gobernar políticamente el Globo Terráqueo tendrá que partir, y en principio, aplicar, la cultura y los conocimientos científicos creados, hasta ahora, única y exclusivamente por Occidente.