El titular de la ONU señala que cualquier empleado de la agencia para los refugiados palestinos implicado en los ataques del 7 de octubre tendrá que rendir cuentas, incluso mediante acciones penales. Sin embargo, pide a los gobiernos que garanticen la continuidad de unas operaciones humanitarias de las que dependen dos millones de personas en Gaza, brindando refugio, alimentos y asistencia sanitaria.