En Venezuela, que ha perdido el 90% de su PBI en los últimos años y donde el salario mensual promedio, según MendozaOnline, es de unos 40 dólares, la reapertura en Caracas de un concesionario de los carísimos Ferrari acaba de provocar mucha indignación ya que, obviamente, tiene como destinatarios a los “revolucionarios” nuevos ricos cercanos al gobierno.