Pedro Sánchez ve venir de lejos una tormenta, la misma con rayos y truenos a la que se enfrentó sin éxito Mariano Rajoy. Por ello, y en un último intento para salvar lo que queda de esa izquierda que tanto le ha echado en cara su deriva comunista, ha terminado por prescindir de Carmen Calvo, Iván Redondo o el siempre polémico José Luis Ábalos, pese a que hoy solo ha hablado de proyectos y 'revolución', obviando este duro giro de timón.