A pesar del desarrollo casi milagroso de vacunas efectivas contra el COVID-19 en 2020, el virus siguió propagándose y mutando a lo largo de este último año. La falta de una colaboración mundial eficaz fue la causa principal de la prolongación de la pandemia. En 2021 también se puso en marcha un programa respaldado por las Naciones Unidas para ayudar a los países en desarrollo a proteger a sus poblaciones contra el virus, y se adoptaron medidas de preparación para futuras crisis sanitarias mundiales.