El líder ruso Vladimir Putin ha invitado al dirigente español de Podemos, Pablo Iglesias, a entrevistarse en Moscú como parte de una estrategia para recabar apoyos de los movimientos sociales alternativos europeos después de su reciente
encuentro en San Petersburgo con el primer ministro griego Alexis Tsipras.
Putin se enfrenta a la pérdida progresiva de apoyos políticos en Europa como resultado de la ofensiva de Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN para aislar a Rusia por el conflicto de Ucrania.
Mientras que Estados Unidos, y en menor medida la Unión Europea, han conseguido reducir en los últimos años los apoyos del viejo continente a Moscú, la Rusia de Putin no ha logrado atraerse nuevos socios.
Para salir del aislamiento, el Kremlin ha diseñado una estrategia que se asienta en buscar la conexión con los nuevos movimientos sociales que han surgido en Europa, como Syriza en Grecia o Podemos en España.
Tras la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos impulsó, sostuvo y encumbró al poder a movimientos de protesta en los antiguos países del Este, como Polonia, Chequia, Lituania, Georgia, Azerbaiyán y Ucrania, convirtiendo el “cordón sanitario” con el que Moscú se protegía, en un cerco que se ha transformado en el ariete de Washington y de la OTAN para aislar a Rusia.
Desde la caída de Milosevic en Yugoslavia, hasta la de Yanukóvich en Ucrania, al escenario ha seguido el mismo patrón: apoyo de Washington a las protestas de “la sociedad civil” y ofrecimiento de generosas ayudas y créditos del FMI, si el país se desprendía de la tutela rusa.
Sin embargo, en los últimos tiempos se han formado movimientos sociales alternativos que cuestionan las “vacas sagradas” del liberalismo a ultranza, los intereses de las grandes corporaciones financieras y el intervencionismo planetario en nombre de “la defensa de los valores occidentales” contra enemigos reales, supuestos o manipulados como Iraq, Al Qaeda, el Estado Islámico o Siria.
Estos movimientos sociales, que tienen cada día más influencia en la opinión pública, por el uso de las redes sociales y la televisión, son vistos por el Kremlin como posibles aliados.
Pablo Iglesias se entrevistará con el dirigente ruso con la carta de presentación de un artículo de 22 páginas publicado a principios de junio por la revista británica de pensamiento político y economía global “New Left Review”.
Bajo el título “Entendiendo a Podemos”, Iglesias asegura que no son un partido revolucionario ni asambleario, sino una fuerza soberanista, tanto en lo económico como en lo político que pretende frenar el poder de los sectores financieros y limitar el capitalismo de amiguetes.
Respecto a la situación en Europa, el secretario general de la formación morada explica que las políticas de austeridad y la prolongación de la crisis han ayudado a forjar nuevas fuerzas políticas como Syriza o Podemos, que no tienen nada que ver con el marxismo clásico revolucionario o una transición al socialismo, más allá de abrir las posibilidades para un cambio político y la recuperación de los derechos sociales.
Concluye Iglesias en su extenso artículo que Podemos y Syriza son partidos soberanistas que tienen por objetivo ;“limitar el poder del sector financiero, transformar el modelo productivo, garantizar una redistribución de la riqueza más amplia e impulsar una configuración más democrática de las instituciones europeas”.
Putin busca en Iglesias y Tsipras dos “agarraderos” con los que tratar de debilitar la ofensiva euroatlántica contra Rusia.