Según un sorprendente hallazgo de una nave espacial de la NASA, vastas riquezas podrían estar ocultas bajo la superficie del planeta más pequeño del sistema solar. Basándose en los datos proporcionados por la sonda espacial MESSENGER, los científicos han llegado a la conclusión de que Mercurio, el planeta que se encuentra más cerca del Sol, podría tener una capa de diamantes de 10 millas de espesor, informó Space.com.
Durante décadas, los científicos han estado rascándose la cabeza debido a las manchas de grafito, un tipo de carbono oscuro, que se encuentran en la superficie de Mercurio.
Según los científicos, entre el núcleo y el manto de Mercurio se encuentran kilómetros de diamante. NASA/Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins/Institución Carnegie de Washington. Los indicios apuntan a que este planeta interior pudo haber albergado en el pasado un océano de magma rico en carbono, lo que habría dado lugar a la formación de estos parches cuando el magma emergió a la superficie.
Es posible que un manto rico en carbono haya sido formado por el mismo proceso geológico. No obstante, una reevaluación de la masa en la superficie del planeta y nuevos datos indican que este manto no consiste en grafito, sino en diamante precioso.
Olivier Namur, profesor asociado de KU Leuven y miembro del equipo, comentó a Space.com: "Estimamos que, considerando la reciente evaluación de la presión en el límite entre el núcleo y el manto, y teniendo en cuenta que Mercurio es un planeta con abundancia de carbono, el mineral que se generaría en esa interfaz sería diamante en lugar de grafito".
Namur comentó que "esto debe tener una gran implicación para la especiación [la distribución de un elemento o un alótropo entre las especies químicas de un sistema] de carbono, diamante frente a grafito, en Mercurio".
MESSENGER, acrónimo de "Superficie de Mercurio, Entorno Espacial, Geoquímica y Rango", es la primera nave espacial que orbitó Mercurio tras su lanzamiento en 2004. Desde 2011 hasta 2015, realizó un mapeo completo del planeta y recopiló información sobre su geología y campo magnético, según Space.com.
Los hallazgos del equipo, que fueron publicados en la revista Nature Communications, se obtuvieron mediante el uso de una prensa de gran volumen para simular las condiciones que se encuentran debajo de la corteza de Mercurio, donde las temperaturas pueden llegar hasta 3.950 grados Fahrenheit.
Las pruebas brindaron a los científicos la oportunidad de observar cómo habrían respondido los minerales hallados en el planeta durante su historia temprana.
"Según Namur, el diamante podría haberse originado a partir de dos procesos distintos. Uno de ellos es la cristalización del magma oceánico, aunque este método probablemente solo generó una capa delgada de diamante en la interfaz entre el núcleo y el manto. Sin embargo, el proceso más significativo sería la cristalización del núcleo metálico de Mercurio", comentó al medio.