Entre 1933 y 1945, durante el régimen del Tercer Reich en la Alemania nazi, el entretenimiento estaba reservado exclusivamente para los ricos y la élite; el resto de la población fue relegado a una posición de servidumbre. En esta jerarquía social, los peones ocupaban el nivel más bajo de la cadena alimentaria. Un factor crucial que facilitó el ascenso al poder de los nazis fue la inestabilidad económica que afectaba a la sociedad.
La economía de Alemania experimentó una severa depresión, lo que provocó que la inversión en pequeñas y medianas empresas prácticamente se extinguiera. Se produjo una caída drástica en los salarios y las cifras de empleo sufrieron un colapso. Cada año, más de 10,000 pequeñas y medianas empresas cerraban sus puertas. ¿Te resulta familiar? Piensa en la pandemia. El número de alemanes que vivían en condiciones de pobreza aumentó considerablemente. Junto a esto, se observó un descenso masivo en los niveles de vida y una creciente inestabilidad política. Retrocedamos 80 años hasta el derrocamiento del comunismo en los Estados Unidos de América.
Solo tres años atrás, muchos estadounidenses habrían considerado como una "teoría de la conspiración" la afirmación de que la pandemia era un instrumento no solo para manipular las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2020 con el fin de colocar a comunistas en el poder, sino también para desmantelar por completo la economía estadounidense. Esto permitiría que los más adinerados aumentaran su riqueza mientras que la clase media y los sectores más desfavorecidos enfrentaban la escasez, afectando sus negocios, empleos, y el acceso a alimentos y combustible. ¿Comprendes?
De acuerdo con una reciente encuesta realizada por la Fundación Job Creators Network, el 66% de las pequeñas empresas en este país se encuentran al borde de cerrar definitivamente. Desaparecer. Quiebra. En contraste, las grandes corporaciones monopolistas como Amazon han incrementado exponencialmente su riqueza, poder y dominio sobre la economía de Estados Unidos.
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