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Ortega lapida a Almeida: 'Sin valores y principios la política es un mero negocio o un mercadeo de intereses personales y partidistas'
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Ortega lapida a Almeida: "Sin valores y principios la política es un mero negocio o un mercadeo de intereses personales y partidistas"

Por José Rodríguez
martes 25 de junio de 2024, 13:50h

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El portavoz de VOX en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, ha subrayado que hay otra forma de hacer política basada en los “principios de vocación y servicio y no en intereses y conveniencias”.

El portavoz de VOX en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, ha intervenido este martes en el Pleno del Estado de la Ciudad, para asegurar que “sin valores y principios la política es un mero negocio o un mercado de intereses personales o partidistas”, y ha asegurado que hay otra forma de hacer política basada en los “principios de vocación y servicio y no en intereses y conveniencias”.

A continuación, el discurso completo pronunciado por Javier Ortega Smith:

“Muchas gracias y muy buenos días a todos. José Luis, su problema es que todo le da igual porque no tiene principios. Se ríe porque no tiene principios, porque no es una frase para reírse. Esta frase se la repitieron varias veces en público quien era su jefa política cuando estaban en la oposición. Para los que formamos el GM de VOX si alguien nos dice eso, nos estaría haciendo la mayor ofensa personal y política que se puede hacer, porque, de alguna manera, estaría atentando a la razón, a los valores y a los principios que defendemos en política.

Creo que es bueno recordar en este debate político sobre el Estado de la capital de España que, sin principios y sin valores, la política es un mero negocio o un mercadeo de intereses personales partidistas, o simplemente es una corruptela o una estafa. No hay más. La política sin principios y sin valores, para nosotros, no tiene ninguna razón de ser. Nosotros creemos que se está en política para anteponer los principios a los intereses y los valores a las conveniencias políticas.

Nuestros principios, nuestros valores se podrían resumir, probablemente, en seis: la defensa de la vida, la defensa de la libertad, la defensa de la verdad, la defensa de la seguridad, la defensa de la igualdad y la defensa de la propiedad. Todo ello, dentro de la Nación española, porque nacimos para ser una alternativa posible y real frente al consenso progre que representan todos ustedes, que aplican las mismas políticas de izquierda, aunque algunos permanentemente intenten disimularlo, sobre todo cuando están en campañas electorales.

La defensa de la vida y la familia frente a aquellos que por acción u omisión están permitiendo la tragedia del aborto y la eutanasia, es decir, la aniquilación de los más débiles de la sociedad. Esa tragedia por la cual, al año, no se permite nacer a 100.000 españoles. Aquellos que nunca hacen cuando están en el Gobierno las políticas reales de apoyo a la mujer gestante, campaña efectivas en favor de la vida y, que en cambio, o subvencionan o miran hacia otro lado cuando se subvencionan a las clínicas abortistas.

Además, en el marco de defensa de la vida, no quiero olvidarme de aquellos a los que se les arrebató cruelmente la vida por el zarpazo del terrorismo. Todos ustedes, miraron hacia otro lado y permitieron que se subvencionará una supuesta obra de teatro llamada `Altsasu´, en la que se hacía directamente apología del terrorismo. Todos ustedes permitieron la subvención y, a todos ustedes, les pareció que eso era correcto. Aquellos que han sido incapaces en más de seis años de culminar un acuerdo de este Pleno llamado el “Itinerario de la Libertad”, cuyo objeto era que, en cada rincón, en cada plaza y en cada calle donde fue arrebatada una víctima por el terrorismo, hubiese una placa en su recuerdo.

La defensa del principio de la libertad. La libertad económica sin tener que soportar las familias y los autónomos la presión fiscal abusiva, por ejemplo, con impuestos confiscatorios como puede ser la plusvalía. También la libertad de educación, esa que protege a los menores para que nadie, salvo sus padres, pueda entrar en la esfera más íntima, evitando lo que todos ustedes permiten en aquellas instituciones en las que gobiernan. Es decir, el adoctrinamiento de los menores en la escuela, o incluso llegando a que en obras teatrales se puedan cometer actos cercanos a la promoción o a la apología de la pedofilia. O por ejemplo, cuando denunciamos desde esta tribuna, cursos obligatorios para los funcionarios en los que se intenta adoctrinar sobre determinada ideología. La libertad de educación es algo fundamental en las sociedades.

Y, junto con ello, algo tan importante como la libertad de opinión o de información frente a todos ustedes que cuando llegan al poder, cuando controlan las instituciones y su presupuesto, compran a los medios de comunicación a través de propaganda institucional. Todos ustedes que, a través de las subvenciones del dinero de todos, compran el relato de lo que quieren que los medios de comunicación les vendan, de tal manera que sólo se escuche un mensaje, una sola voz. Da igual si es de un lado o de otro, pero siempre es la tergiversación, la manipulación o la opinión sesgada.

Y tan importante como las anteriores, es la libertad de movimiento, poder moverse con libertad en tu ciudad. Y todos ustedes, en ese odio permanente a un elemento básico, que es el vehículo privado y que han logrado hacerlo un objeto de lujo que sólo unos pocos se pueden comprar. Esos vehículos tan caros pueden circular por esta ciudad. Todos ustedes que se han permitido quitar más de 10.000 aparcamientos de superficie en la ciudad de Madrid, paralizar los programas de aparcamientos de residentes o de aparcamientos disuasorios; es decir, hacer un verdadero infierno para el conductor de su vehículo en el que tiene que llevar a su familia o con el que tiene que acudir al trabajo.

La defensa de la verdad. La verdad es un bien, es un principio y es un valor que para nosotros es irrenunciable. La verdad, frente a las mentiras de las promesas electorales que se hacen en campaña por unos y por otros, pero que cuando se llega a gobernar y se tiene la posibilidad de gobernar, no se cumple. Aquel “derogamos el Madrid Central” para multiplicarlo por diez, 20 o 30 veces, aquel “construiremos 12.000 viviendas en el anterior mandato y 15.000 en este”, para no llegar siquiera a las 4000 o intentarse apropiar de las viviendas que construyen otros. O aquellos que dijeron “bajaremos la presión fiscal” y resulta que la recaudación aumenta. O cuando dicen nosotros “nunca construiremos un cantón de limpieza sin escuchar a los vecinos, nunca lo pondremos cerca de sus residencias, nunca lo pondremos cerca de una escuela, de una instalación deportiva o de una zona verde” para una vez terminadas las elecciones, hacer justo lo contrario y aplicar el rodillo de la intransigencia.

La defensa de la seguridad. Todos ustedes aceptan que tengamos que vivir, y cada vez más, con la inseguridad en nuestras calles, porque todos ustedes aceptan esas políticas de fronteras abiertas, porque todos ustedes aceptan que tengamos centros de menas, que provocan un día sí y otro también, episodios de violencia en los barrios en los que se ponen y prometen en las campañas que los van a cerrar. Pero luego, una vez más, la mentira los lleva a no hacerlo.

Ustedes, todos ustedes, que en el Congreso de los Diputados votaron y aplaudieron a manos llenas la regularización de 500.000 inmigrantes que habían entrado de manera masiva ilegal, pisoteando nuestras fronteras, y que en muy poco tiempo ustedes, todos ustedes, serán responsables de 2 millones de inmigrantes ilegales por el arraigo. Ustedes, todos ustedes, que negaron primero y miran hacia otro lado el gravísimo problema que suponen las bandas de delinquir, las bandas latinas a machetazos en los barrios y en las calles de Madrid.

La defensa de la seguridad. También tenemos que dirigirnos a un concepto fundamental en los que creemos en el Estado de Derecho. Todos ustedes son responsables de haber vulnerado un principio básico en cualquier democracia y en el Estado de derecho, que es la seguridad jurídica.

Aquellos que no tuvieron reparo, como dijimos en el Pleno anterior hasta la saciedad, en saltarse los reglamentos, en desoír los informes jurídicos y en aprobar un Grupo Mixto que el Tribunal Supremo ha confirmado en su absoluta ilegalidad. O aprobar una Ordenanza de Terrazas deprisa y corriendo sin escuchar a nadie. Que ha sido también derogada. O aprobar licencias de aparcamientos como el del Bernabéu, que son paralizadas por los juzgados o directamente mirar hacia otro lado cuando se construye nada menos que un colegio. Y traer al pleno siguiente un punto para su legalización posterior.

Ustedes que en ese ataque permanente y desprecio a la seguridad jurídica permiten, cuando gobiernan, que en sus ciudades haya ocupación de la vivienda que tanto le ha costado a los ciudadanos, o la ocupación, o directamente esa absoluta injusticia contraria al menor. Al más mínimo principio de seguridad jurídica, que es la venta de mercancía ilegal llamada ‘top manta’, frente al pobre comerciante que paga sus impuestos., cumple las ordenanzas y respeta las leyes.

La defensa de la igualdad, pero una igualdad real para todos los madrileños y para todos los españoles, con independencia del lugar en el que vivan. Porque todos ustedes defienden a manos llenas y a pancarta bien apretada los conceptos de la ideología de género que discrimina al hombre que es tan inhumana, y que es incapaz de convocar un minuto de silencio por la muerte de un hombre o por la muerte de una mujer a manos de su pareja lesbiana o un hombre a manos de su pareja homosexual. Y no le digo nada cuando incluso niegan un minuto de silencio en las calles porque quien ha sido asesinado ha sido un niño a manos de su madre.

Hablando de la defensa de la igualdad. Ese desprecio a la oposición, ese rodillo que tanto unos como otros aplican siempre que tienen mayorías absolutas, aunque sean por la mínima. Da igual. No importa si en Madrid 900.000 madrileños no votaron al alcalde de turno que le votaron 700.000. No importa si la diferencia es de un solo concejal, no importa si hay más partidos o más vecinos, no importa. El respeto democrático a quienes representamos a los madrileños es un principio básico de la igualdad. Significa que todos los madrileños tienen el mismo derecho a tener sus representantes y a que sus representantes sean respetados. Cuando tienen la mayoría absoluta, desprecian a la oposición o no, invitándola a actos o no, permitiéndole participar legítimamente, como, por ejemplo, en la mesa donde se está negociando el Plan General de Ordenación Urbana o la Ley de Capitalidad, que son normas fundamentales. Ese desprecio a la oposición es entender la política como un patrimonio personal.

Para nosotros es aberrante desde el punto de vista democrático y también hablando de la defensa de la igualdad. Defendemos que la ley es igual para todos y que ha de aplicarse igual para todos. Por eso no podemos entender ese concepto excepcional de la ley, que cuando me interesa la aplico y cuando no, hago excepciones. Pongamos dos ejemplos: Se permite que un equipo de fútbol en su estadio monte `macroconciertos’, aunque eso suponga un daño a la paz y a la tranquilidad de los vecinos de su barrio, o cuando algunos creen que tienen una bula especial para organizar, por ejemplo, la fiesta de este fin de semana del Orgullo y que las ordenanzas de ruidos o la ordenanza de venta de alcohol en la calle, o la ordenanza de limpiezas o no se aplica o se aplica de una manera muy laxa para que no se vayan a molestar a algunos y no nos vayan a señalar de homófobos. Nosotros creemos que el cumplimiento de la Ley es para todos igual y todos los días, no dependiendo de qué actos se celebren o a quién les afecte.

La defensa de la propiedad. Todos ustedes en sus políticas de retención del suelo, encareciendo el coste de la vivienda en un 50% o con sus políticas de aplicación fiscal sobre la adquisición, construcción, venta, herencia de la propiedad, lo que están haciendo es privar a millones de personas de un derecho fundamental que es adquirir una vivienda digna, especialmente a aquellos que comienzan su vida. Los más jóvenes. Para nosotros también en esa defensa de la propiedad está una lucha sin cuartel, sin excusas, sin propaganda, para que quien ocupe una propiedad ajena, sea pública o privada, no pasen 24 horas sin que sea desalojado y puesto a disposición judicial.

Cuando aplican políticas fiscales confiscatorias están confiscando la propiedad de los madrileños y de los españoles que tienen el derecho a dedicar sus recursos, la mayoría de sus recursos a lo que crean más necesario. Cuando digo todos ustedes, no es una frase retórica, es que todos ustedes, los del Partido Popular, los del Partido Socialista, los demás Madrid, sus diferentes siglas, sus diferentes portavoces, sus diferentes caras en este Ayuntamiento, en la Comunidad o en el Gobierno, en el Congreso de los Diputados o en el Senado.

Todos ustedes defienden las mismas políticas globalistas. Todos ustedes han votado el 89,8% de las veces. Lo mismo en Europa, las mismas directivas, reglamentos, enmiendas, proposiciones, el Partido Popular y el Partido Socialista aceptan en Europa el 90% de las mismas políticas. Por ejemplo, dos políticas nefastas para nuestros agricultores, para nuestros ganaderos, para nuestros pescadores como es la Agenda 2030 y el Pacto Verde Europeo. Todos ustedes las aplican, las apoyan y las impulsan con el mismo fervor y la misma fuerza.

Y, todos ustedes, apoyan esa nefasta y suicida política de fronteras abiertas que consiste en permitir una inmigración masiva, incontrolada, despreciando algo muy importante. Y es que las naciones tienen derecho a tener fronteras, a proteger a sus nacionales y a que tengan prioridad los nacionales frente a quienes de manera violenta y violentando la ley vienen a exigir derechos que a lo mejor ni se les reconocen a los propios nacionales.

Y, todos ustedes, todos ustedes, no tienen ningún reparo en el control político de la justicia, repartiéndose los órganos judiciales como el Consejo General del Poder Judicial, metiendo a sus vocales dentro de esos órganos para elegir a sus jueces. Y no han tenido ningún reparo, absolutamente ninguno, para controlar a los fiscales generales.

Concluyo. Es cierto que hay otro Madrid. Es cierto que hay otra forma de hacer política, aquella que cree que la política ha de basarse en los principios de vocación y servicio y no de intereses y conveniencias. Aquellos que creemos que mentir, engañar o cometer corrupción política debe ser penalizado y nunca premiado a aquellos que creemos que defender la vida, la libertad y la Nación no deben ser cuestionables. En definitiva, todos aquellos que creemos firmemente que las políticas de izquierda que todos ustedes defienden son nefastas para los españoles y, en concreto, para los madrileños. Muchas gracias”.

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