La jugada del autor del manual de resistencia Durante varios días, el presidente Sánchez ha mantenido en vilo a la corte de paniaguados que lo rodea en La Moncloa. La amenaza de abandonar la presidencia del gobierno ha generado pánico entre sus lacayos sanchistas, quienes se han dado cuenta de que podrían quedarse sin privilegios como el coche oficial, el chófer o la secretaria.
Esta situación ha llevado a una movilización sin precedentes por parte de los seguidores de Sánchez, quienes han salido a las calles para manifestarse en apoyo al mandatario. La ministra Montero ha sido una de las más fervientes en su respaldo, dejando claro que su vida depende de que Pedro se mantenga en La Moncloa.
Pero no solo la corte de paniaguados está preocupada, también los periodistas afines al régimen sanchista se ven amenazados. El régimen ha señalado a periodistas no sumisos y ha enviado a inspectores de Hacienda para perseguirlos. Incluso se ha designado a un tal Pachi López para maltratar a los periodistas críticos.
En base a esto, se puede observar cómo el poder judicial y legislativo van a ser neutralizados por el régimen sanchista. El poder legislativo se ha convertido en un grupo de aplaudidores que no se atreven a votar en contra de las leyes impuestas por Sánchez. Les da igual si estas leyes son manifiestamente contrarias a la Constitución, ellos solo quieren seguir cobrando sus millonarios sueldos sin hacer nada.
Es evidente que en España ya no existe una clase media, sino una clase política que vive como príncipes a costa de los pobres.
Los medios de comunicación no sanchistas se prepara ante esta situación, mientras que los periodistas independientes ya han encontrado el talón de Aquiles de Sánchez: sus negocios familiares. Es previsible que en los próximos días veamos portadas y escenas en el parlamento que retratarán a Sánchez frente a la corrupción, y ahora se vea salpicado incluso en su círculo familiar.
No cabe duda de que esta situación se pondrá aún más interesante y los medios no sanchistas se encargarán de dejarlo en evidencia.