“Palestina tiene derecho a la paz, a la prosperidad y al respeto al derecho internacional”, asegura Feijóo, quien remarca que “Palestina no es Hamás. A Hamás hay que destruirlo y anularlo”.
Rechaza apoyar la política de Sánchez en Oriente Medio porque “es inadecuada, no se ha negociado, rompe el consenso en política exterior de los gobiernos democráticos hasta ahora, y se ha hecho al margen de los países europeos”.
Advierte a Europa de que cometería un error si viera la deriva de Sánchez como una cuestión doméstica, ya que “la quiebra de la seguridad jurídica, el acoso a jueces o el establecimiento de reglas arbitrarias conducen a la inestabilidad económica y social de España y, después, de la UE”.
“Del mismo modo que España no puede normalizar lo que es una anomalía en los países de Europa, la Unión Europea no puede normalizar en España lo que no admite en otros Estados miembro”, señala Feijóo, quien denuncia “que nuestro país tenga ahora mismo un presidente obligado a rendir cuentas a un mediador internacional”.
Critica que “en España existe un Gobierno que se aleja paso a paso de los valores europeos”. “Europa se fundamenta en el imperio de la ley, no en el imperio de un Gobierno que burla la ley”, asevera.
Alerta de que Sánchez ha cometido “una corrupción sin precedentes en las democracias consolidadas: ha comprado la presidencia del Gobierno a cambio de una amnistía, de un referéndum de independencia y de concesiones económicas”.
"Europa no merece que desde España se hable de cómo despenalizar la malversación y amnistiarla corrupción”
Señala que en España la socialdemocracia ha mutado de ser un pilar de la gobernabilidad hacia posiciones extremistas y se ha convertido en una de las patas fundamentales de la “anomalía española", porque el PSOE se comporta como ningún partido socialdemócrata europeo.
Feijóo subraya que el socialismo actual nada tiene que ver con aquel otro representado por la socialdemocracia europea de finales del siglo pasado, “sin muros ni complicidades con los posicionamientos radicales”.
Señala que “la crisis española no es una lucha entre izquierda y derecha o entre centralistas y autonomistas; sino entre los que defendemos la Constitución, el Estado de derecho, la separación de poderes y el autogobierno catalán, y quienes no aceptan límites a la hora de gobernar”.
Subraya que la nueva Europa se edifica sobre la superación de lo grandes y pequeños nacionalismos insolidarios, y afirma que en Cataluña están vivos los valores democráticos solo alterados por un nacionalismo que solo entiende de privilegios e impunidades.
Destaca el muro de Berlín como símbolo que une a la vieja y la nueva Europa, y recuerda que este no era una “cuestión interna del pueblo berlinés” porque afectaba “a toda Alemania, Europa y el mundo libre”. “Allí donde la democracia está amenazada, esa amenaza afecta a todas las democracias”, subraya.
Explica que en España, hace pocas semanas Sánchez se refirió a otro muro, “no para decir que había que superarlo, sino para decir que había que levantarlo”. “Desde ese momento los españoles tenemos un presidente y un Gobierno amurallados”, sentencia.
Lamenta que en Cataluña y en el resto de España se haya impuesto asuntos que no interesan a la mayoría de ciudadanos y sí a los intereses personales de algunos políticos.
Avisa de que el PP defenderá los valores constitucionales desde las instituciones, en la calle y contando con el respaldo de la familia europea. “No nos rendiremos porque nos asiste la razón y tenemos razones”.