Rajoy se inspira en Sarkozy para refundar el PP

Tras el descalabro electoral del 24M, y antes de que las elecciones generales del próximo noviembre laminen el Partido Popular, Mariano Rajoy está pensando en emular a su amigo Nicolás Sarkozy.

El expresidente galo ha sabido hacer frente a la crisis interminable de su anterior formación política, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), acudiendo al resorte del republicanismo, clave del pensamiento socio-político francés desde hace dos siglos y medio.

A Mariano Rajoy no le quedará más remedio que sacar a luz la identidad última de los españoles, el equivalente al republicanismo galo, si quiere refundar el partido.

Poner a flote el buque del PP, dotarle de nuevos motores y de una tripulación adecuada, obliga al capitán Rajoy a un recambio generacional, incorporar caras nuevas, ;y realizar un verdadero auto de fe condenando sin paliativos a todos los tripulantes corruptos. Sólo así podrá limpiar la marca popular.

Este ha sido el mensaje claro enviado desde el otro lado de los Pirineos por Sarkozy, y que están analizando minuciosamente los expertos del laboratorio de La Moncloa.

El electroshock generado por Nicolás Sarkozy en las filas del centro y la derecha tras la formación del nuevo partido “Los Republicanos”, ha sido un golpe maestro. El expresidente galo se ha sacado de la chistera la fórmula mágica: apropiarse políticamente de la reacción instintiva de la inmensa mayoría de ciudadanos franceses de identificarse con “su” República.

Con el paso del tiempo, la República francesa ha devenido un mito. Posee valores, escalas de percepción y poder de atracción. La cara oscura republicana, sus torpezas, su brutalidad colonial, queda oculta: la República no se toca.

El que François Fillon o Alain Juppé, dos ex primeros ministros, sigan en sus filas, es anecdótico. Sarkozy pondrá gente nueva, dará otra imagen para mostrar que no es un problema de familias políticas, sino de defender lo esencial. Y de esta manera conectará con el sentimiento de millones de franceses.

Habrá purgas, retiros, frustraciones y disputas, pero a medio plazo “Los Republicanos” conseguirán su objetivo: unificar el centro-derecha en una sola formación. Porque la República es la identidad última de los franceses, más allá de las regiones, de las lenguas vernáculas, de las clases sociales y de los colores partidarios.

Mariano Rajoy tendrá que encontrar “el alma hispana”, el clic psicológico que pondrá en marcha los mecanismos de adhesión a un proyecto, el vector que vuelva a establecer empatías con la ilusión de millones de españoles.

La regeneración del PP pasa por emprender esta nueva singladura. Los múltiples barones, asesores y otros acólitos que le rodean y que no vieron venir la tormenta, sobran. Y los corruptos, simplemente a la cárcel.