Es en el marco de esta fecha en el que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ofrece este martes un discurso en el Salón de Pasos Perdidos del Congreso para posar después, junto con el resto de portavoces y miembros de la Cámara, en las escalinatas del Congreso tras una pancarta que reza ‘El Congreso, por la eliminación de la violencia contra las mujeres’.
Una frase que el Grupo Parlamentario VOX asume íntegramente, pero que se da de bruces con una realidad imposible de negar: tras esa pancarta se sitúan PSOE y Sumar, miembros de un Gobierno -con Irene Montero al frente de Igualdad en la pasada legislatura- que ha rendido la seguridad de las mujeres aprobando y manteniendo una ley que ha beneficiado a más de un millar de agresores sexuales. El mismo Gobierno que distingue entre víctimas de primera y de segunda, en función del origen y la nacionalidad del agresor. Un Gobierno que se ha rendido a la llegada masiva e ilegal de inmigrantes de países que no respetan a la mujer ni la consideran igual al hombre en derechos. Un Gobierno bajo cuyo mandato España ha perdido 22 puestos en el ranking de mejores países para ser mujer… En definitiva, un Gobierno que ha dedicado los presupuestos más engrosados de Igualdad a fomentar el odio y la división entre sexos y a criminalizar de forma preventiva a la mitad de la población mientras ha dejado desprotegidas y cada vez más invisibilizadas a esas mujeres a las que dice defender.
VOX, por tanto, no participa de esa "foto de la hipocresía" y reivindica, también frente a las escalinatas del Congreso, medidas reales de protección para la mujer:
- Toda la asistencia y apoyo posible a las mujeres víctimas de violencia, trabajando también en la prevención, identificando las causas y los perfiles repetidos de los agresores.
- Apoyo y asistencia a las víctimas de violencia doméstica, en especial a la que sufren las mujeres, los niños y los ancianos.
- Instar al gobierno nacional a identificar a los violadores que han salido en libertad gracias a la “Ley del sí es sí,” poniendo las medidas necesarias para proteger a las mujeres en el caso de que alguno de ellos pretenda trasladarse a nuestra comunidad.
- Exigir responsabilidades a los partidos y las personas que han colaborado en la puesta en libertad de esos agresores de mujeres.
- Pedir la derogación inmediata de esa Ley, sustituyéndola por una que aumente las penas a todos los violadores, incluyendo la prisión permanente. Pediremos también una bajada de la edad penal, y en cualquier caso una revisión de la Ley del menor, para que se agraven las consecuencias a los menores que cometan este tipo de delitos.
- Especial atención al sistema de protección de las menores tuteladas, porque en comunidades gobernadas por la izquierda han sido prostituidas ante la inacción -o a veces incluso la complicidad- de la administración. En los casos ya desvelados, actuaremos con toda la contundencia que la Ley nos permita para llevar ante los tribunales a todos y cada uno de los implicados.
- Ninguna mujer agredida se verá menos acompañada o asistida en función del sexo del agresor o la agresora o del género con el que se autoperciba.
- De igual modo, los hijos e hijas de una mujer asesinada, no se verán discriminados en las ayudas a recibir por causa del sexo del asesino o asesina, o del género con el que se autoperciba.
- Se trabajará con especial atención para extirpar de nuestra sociedad los mensajes y discursos, civiles o religiosos, que promuevan o simplemente justifiquen la violencia contra la mujer.
- Pondremos en marcha un estudio en profundidad sobre el aumento de las agresiones sexuales, en especial los aberrantes casos de violaciones grupales, para determinar sus causas y elaborar los perfiles repetidos de los agresores para poder combatirlos con más eficacia.
- Ningún hombre, independientemente del género con el que se autoperciba, podrá entrar en espacios de intimidad reservados a mujeres (vestuarios, baños, etcétera).
- En el acceso a la función pública, con especial atención a los puestos donde se priman las condiciones físicas, así como en los deportes, se vigilará que no se discrimine a ninguna mujer (ni mucho menos se ponga en peligro, caso de los deportes de contacto) ante hombres que se autoperciban mujeres y pretendan ocupar espacios reservados para ellas.