En Bangladesh, los trabajadores de la confección que producen prendas para las marcas líderes del Reino Unido están experimentando una situación desesperada. Según sus testimonios, se encuentran en medio de una hambruna y se ven obligados a recurrir al robo y a recolectar alimentos de campos y contenedores para poder alimentar a sus hijos. Mientras tanto, persisten las protestas exigiendo un aumento del salario mínimo para los 4 millones de personas que conforman la fuerza laboral de la industria de la confección.
Desde hace una semana, se han registrado numerosas manifestaciones en las calles con una creciente violencia. Según los informes de prensa y los sindicatos, estas protestas han resultado en la muerte de un joven trabajador de la confección llamado Rasel Hawlader. A pesar de ser un importante proveedor de ropa para marcas de moda rápida, Bangladesh tiene uno de los salarios mínimos más bajos del mundo para los trabajadores de la confección, que se ha mantenido en 8.000 taka (60 libras) desde el año 2018.
Un nuevo salario mínimo de 12.500 taka (92 libras) al mes ha sido propuesto por el Ministerio de Trabajo y Empleo de Bangladesh. Sin embargo, los sindicatos de trabajadores consideran que esta cifra es significativamente más baja que los 23.000 taka (170 libras) al mes necesarios para cubrir los costes básicos de vida en medio de una espiral inflacionaria y una crisis del coste de la vida. Durante un período de revisión de dos semanas, se espera que haya más protestas antes de que la primera ministra, Sheikh Hasina, confirme el nuevo salario mínimo, ya que ella tiene el poder de tomar la decisión final.
Aquellos que participan en las protestas en Dacca, los trabajadores de la confección, han expresado a The Guardian su preocupación de que si ganan menos de 23.000 taka al mes, sus familias podrían verse abocadas a la inanición.