La Universidad Federal de Minas Gerais de Brasil ha desarrollado la vacuna Calixcoca, que se encuentra en proceso de aprobación como tratamiento para las adicciones a la cocaína y el crack. En ensayos con animales, este inmunógeno experimental ha demostrado resultados prometedores al generar niveles significativos de anticuerpos contra la droga, lo cual desencadena una respuesta inmune que impide que la sustancia llegue al cerebro. Los próximos pasos serán los ensayos con humanos.
Al activar el sistema inmunológico de los pacientes, la vacuna logra que se produzcan anticuerpos que se unen a las moléculas de cocaína presentes en el torrente sanguíneo. Esto provoca que las moléculas se vuelvan demasiado grandes para poder pasar al sistema mesolímbico del cerebro, también conocido como "centro de recompensa". Normalmente, es en este centro donde la droga estimula altos niveles de placer. En caso de obtener la aprobación regulatoria, esta vacuna sería pionera en el tratamiento de la adicción a la cocaína. Aunque los investigadores tienen esperanzas de que pueda ayudar a los consumidores a romper el ciclo de dependencia, advierten que no debe ser considerada como una solución única y definitiva.
"La vacuna no puede considerarse una solución milagrosa. No se recomendaría su uso indiscriminado en todas las personas con trastorno por consumo de cocaína. Es imprescindible llevar a cabo una evaluación científica exhaustiva para determinar exactamente cómo funcionaría y para quiénes sería efectiva", afirmó el coordinador del equipo responsable de su desarrollo, el psiquiatra Frederico García. "Antes de obtener la aprobación regulatoria, es perjudicial para aquellos que sufren esta enfermedad evocar los supuestos efectos mágicos, fantásticos, biopolíticos y sanitarios de la vacuna en el tratamiento de los adictos", añadió.
El primer premio, con un valor de aproximadamente 530.000 dólares, fue otorgado este mes al proyecto de la universidad brasileña en los galardones Euro Health Innovation para la medicina latinoamericana. Después de Estados Unidos, Brasil es el segundo mayor consumidor de cocaína a nivel mundial, por lo que este reconocimiento y desarrollo son de gran importancia para el país. Se espera que los estudios de la siguiente fase se lleven a cabo en un plazo de dos años y que el producto final esté listo en los próximos tres o cuatro años.