Este miércoles, el Tribunal de la Corona de Cardiff ha condenado a cadena perpetua a un expolicía de Bridgend, en Gales del Sur (Reino Unido), después de que se declarara culpable de chantajear sexualmente y amenazar a más de 200 niñas menores de edad, según informa la Policía local. Lewis Edwards, de 24 años, quien se unió al cuerpo policial en enero de 2021, envió mensajes a 210 niñas entre los años noviembre de 2020 y febrero de 2023, todas ellas con edades comprendidas entre los 10 y los 16 años. En sus dispositivos se encontraron imágenes explícitas de 207 de estas niñas.
Durante los tres días que duró el juicio, el condenado se negó a comparecer ante el tribunal. Sin embargo, declaró su culpabilidad en todos los 160 cargos que se le acusaban, incluyendo abuso sexual infantil y chantaje, así como incitación a menores de edad a crear imágenes indecentes en línea y participar en actividades sexuales. La jueza Tracey Lloyd-Clarke pronunció la condena después, declarando que estaba claro que Edwards "no solo obtuvo gratificación sexual de su delito, sino también disfrutó del poder y el control que tenía sobre estas jóvenes". Fue sentenciado a cadena perpetua, con una pena mínima de 12 años.
En diciembre de 2022, se inició una investigación sobre el caso después de que la Policía descubriera una actividad bancaria en línea sospechosa relacionada con la descarga de pornografía infantil en la web oscura. La dirección IP fue vinculada a Edwards, quien aún era un oficial en activo en ese momento. Como resultado, Edwards fue suspendido de sus funciones de manera inmediata y posteriormente despedido del cuerpo tras una audiencia acelerada por mala conducta.
A través de los nombres de usuario de Snapchat, la Policía pudo identificar a las víctimas después de realizar un registro domiciliario. A pesar de que Edwards se negó a proporcionar los códigos pin de dos de sus dispositivos, lograron identificarlo. Para engañar a sus víctimas y obtener fotos desnudas y realizar actos sexuales, Edwards utilizaba la foto de perfil de un adolescente. Si las niñas se negaban a cumplir con sus demandas, él las amenazaba con compartir las imágenes que ya tenía en su poder o hacer daño a sus familias.
"Detestable e ilegal es cualquier explotación sexual de jóvenes, y las víctimas de este caso tienen nuestros corazones", afirmó un portavoz de Snapchat, subrayando que la compañía se esfuerza en múltiples formas para detectar y prevenir este tipo de abuso. Entre estas medidas se encuentra la reciente incorporación de advertencias emergentes dirigidas a los adolescentes que son contactados por desconocidos.
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