En tiempos del primer ministro (Isaac) Shamir, Hamás recibió dinero y más de 700 instituciones, incluyendo colegios, universidades y mezquitas, lo cual demuestra que es una criatura de Israel. Incluso Isaac Rabin admitió esto cuando se le acusó en presencia del presidente egipcio Hosni Mubarak, como yo mismo presencié. Aunque Yasser Arafat no era conocido por su credibilidad ni por su juego limpio político, estas palabras suyas pronunciadas en una entrevista publicada por el italiano "Corriere della Sera" en 2001 y nunca desmentidas, siguen siendo consideradas un testimonio de que el Movimiento de Resistencia Islámica es prácticamente un hijo de Israel.
Voces han señalado que Hamás está desempeñando el mismo papel en Tel Aviv que Irak ha tenido en Washington, a raíz del largo enfrentamiento mortal entre ambas partes. Durante varias décadas, Israel financió a la organización que ahora lucha en Gaza, tanto directa como indirectamente. Su objetivo era convertirla en una fuerza política contraria al nacionalismo de la OLP de Arafat. Este conflicto ha llevado a una feroz batalla en los últimos días.
Voces han señalado que Hamás está desempeñando el mismo papel en Tel Aviv que Irak ha tenido en Washington
Estos hechos, que Israel prefiere olvidar pero que han sido confirmados por altos funcionarios americanos, especialmente de la CIA, sustentan las investigaciones realizadas por reputados analistas políticos e investigadores del avispero de Oriente Próximo, así como por el Centro de Estudios Estratégicos de Haifa y de EE.UU. Según el periodista Richard Sale, basándose en documentos del Instituto Internacional de Políticas Antiterroristas del Estado judío, la ayuda de Israel a Hamás fue un claro intento de dividir y diluir el apoyo a una OLP fuerte y laica, oponiéndole una alternativa religiosa. Estas conclusiones coinciden con las de expertos como Anthony Cordesman.
Después de la Guerra de los Seis Días de 1967, las células de la Hermandad Musulmana de Egipto llevaron a cabo actividades efectivas de educación y apostolado en los países árabes vencidos por Israel, lo que llevó a los orígenes remotos de Hamás.
El jeque Ahmed Yassin, en 1978, estableció la rama palestina de este fenómeno exitoso, conocido como Al Mujamma al Islami, que aún está activo y es el precursor de Hamás. Un año después, recibió el permiso oficial de Israel. El gobierno israelí consideró que este centro era un movimiento moderado con una gran capacidad para atraer a la población, lo cual pensaron que podría contrarrestar el poder de la OLP en las calles. La OLP era responsable de secuestros y ataques aéreos contra objetivos judíos en ese momento.
El subsecretario de Inteligencia del Tesoro de EE.UU., Matthew Levitt, asesor del FBI y autor del libro "Hamás", destaca que durante el período comprendido entre 1967 y 1986, Israel permitió un aumento significativo en el número de mezquitas en Gaza. Se estima que el 40 por ciento de estas mezquitas estaban bajo el control de Al Mujamma. Además, se ha registrado que el primer ministro israelí Menajem Begin comenzó a pagar salarios y reclutar palestinos islámicos contrarios a la OLP a partir de 1978. Estos individuos provenían de las "Ligas aldeanas", que eran herederas de los Hermanos Musulmanes y dieron origen a Hamás.
Durante el período comprendido entre 1967 y 1986, Israel permitió un aumento significativo en el número de mezquitas en Gaza
Hamás fue creado por el jeque Yassim el 15 de diciembre de 1987, y un año después, su carta fundacional estableció el objetivo del Movimiento de eliminar el Estado de Israel. En el asentamiento Kfar Darom de Gaza, en 1991, Hamás cometió su primer atentado terrorista al asesinar al civil Doron Shonshan. El 16 de abril de 1993, llevaron a cabo su primer ataque suicida cerca de un café en la carretera de otra colonia judía, Mehola.
Tras la evacuación de Gaza en 2006, los palestinos fueron llevados a elecciones por Occidente, al igual que en Irak. Estas elecciones fueron certificadas por observadores internacionales y se llevaron a cabo de manera transparente. Sin embargo, fue Hamás, el partido más radical y combativo, el que salió victorioso con una mayoría de 74 diputados, mientras que la Fatah, fundada y dirigida por Arafat, obtuvo solo 45 diputados.
Los islamistas, a cambio de su participación como fuerza política, recibieron el embargo asfixiante de Israel, de EE.UU. y la Comunidad Internacional, además de enfrentar presiones insuperables para compartir un Gobierno de Unidad con sus opositores que, según «Vanity Fair», fue reventado por EE.UU. Después de todo esto, ahora se han propuesto acabar con la criatura.