El jueves 5 de octubre, mientras migraban hacia el sur a sus zonas de invernada, al menos 1.000 aves murieron al chocar contra un solo edificio en Chicago. En un radio de 1.5 millas de McCormick Place, el centro de convenciones más grande de América del Norte, los cadáveres de aves están siendo recuperados todavía por voluntarios. Este edificio, que está cubierto en gran parte con vidrio, es el responsable de esta tragedia.
"Una enorme cantidad de aves muertas y heridas es la punta de un iceberg", dijo Annette Prince, directora de Chicago Bird Collision Monitors. Además, agregó que este fue el mayor número de colisiones de aves registrado por el grupo en los terrenos de un edificio en un solo día.
Durante la noche del miércoles 4 de octubre hasta la madrugada del jueves 5 de octubre, se registró que sobre el condado de Cook, hogar del área metropolitana de Chicago, hubo un pico de 1,5 millones de aves en vuelo. Se encontraron cadáveres de diversas especies de pájaros cantores como currucas de Tennessee, zorzales ermitaños y becadas americanas. "No todos los pájaros que chocan contra las ventanas dejarán un cuerpo", explicó Brendon Samuels, investigador de colisiones de aves en la Universidad de Western Ontario.
Samuels agregó que el verdadero alcance de las aves afectadas se desentrañará en un par de días a medida que la gente continúe recogiendo aves en el centro de Chicago. "A menudo vemos, de hecho, aves chocar con el vidrio y continuar volando a cierta distancia, gravemente heridas de manera que finalmente no sobrevivirán más allá de unas pocas horas", señaló Samuels.
Durante los períodos de migración máxima en primavera y otoño, es común observar una gran cantidad de aves que mueren en un área geográfica pequeña. Las condiciones climáticas adversas, como el viento, la lluvia y la niebla, pueden dificultar la orientación de las aves. Además, la contaminación lumínica de las ciudades puede atraerlas y atraparlas entre estructuras mortales. "En cualquier lugar donde haya vidrio, habrá pájaros golpeando las ventanas", afirmó Bryan Lenz, representante de American Bird Conservancy. Cada año, se estima que hasta mil millones de aves mueren debido a colisiones. En el caso específico de Chicago, es probable que las aves muertas y heridas hayan volado desde Canadá en su ruta hacia América del Sur y Central.
Realizando servicios ecosistémicos esenciales que tienen valor económico y son necesarios para el funcionamiento de los ecosistemas, las aves visitan dondequiera que vayan. Después de grandes incendios forestales como los de Canadá, las áreas quemadas pueden ser ayudadas en su regeneración por las aves que regresan y dispersan semillas en ellas. El aumento global de las temperaturas contribuye al incremento de las poblaciones de insectos, y las aves que se alimentan de ellos pueden ayudar a frenar los problemas representados por estos insectos, los cuales amenazan tanto a los seres humanos como a los sistemas alimentarios.
La mayor amenaza para las aves migratorias en Estados Unidos es la contaminación lumínica en Chicago. Reducir las muertes de aves implica apagar las luces de los edificios. Según un estudio realizado en McCormick Place en 2021, se descubrió que al apagar la mitad de las luces en edificios grandes, las colisiones pueden reducirse de seis a 11 veces. McCormick Place participa en el programa Lights Out Chicago, el cual promueve que los edificios apaguen o disminuyan la intensidad de las luces durante la noche, a menos que haya alguien dentro.