González y Guerra, Felipe y Alfonso. Unidos, uno al lado del otro, en una fotografía que simboliza su reconciliación 25 años después de abandonar la vida política y separar sus caminos en el palacio de Congresos de Madrid en 1997. En aquel entonces, González sorprendió a todo el PSOE y al país al anunciar que no buscaría nuevamente la secretaría general del partido.
La política, la defensa de la democracia, el socialismo y la Constitución los une nuevamente hoy. Nuevamente, se unen en torno a ideas firmes sobre el Estado, la unidad de la nación, la igualdad entre todos los españoles y la necesidad del diálogo y el pacto. También se unen hoy en su discrepancia con un partido que empiezan a no reconocer como aquel que refundaron en Suresnes hace ya 50 años. Y hoy, en resumen, unen sus voces en contra de la "resignación" y advierten: "No podemos dejarnos chantajear". Su oposición a la posibilidad de una amnistía para los implicados en el procès y a la exigencia de autodeterminación planteada por los independentistas es rotunda y radical.
La política, la defensa de la democracia, el socialismo y la Constitución los une nuevamente hoy
Anoche, en la presentación del libro de Alfonso Guerra, La Rosa y las espinas. El hombre detrás del político (La Esfera), en el Ateneo de Madrid, los dos protagonistas dejaron patente todo esto. El ex vicepresidente no defraudó al arrancar diciendo: "Si un hombre ve injusticias, debe decirlo en alto", lo cual fue seguido por el primer aplauso. Luego, se refirió a Pedro Sánchez como "el otro" y lo tachó de "disidente", señalando que cambia de opinión constantemente: "un día defiende una cosa y otro, otra". Por su parte, afirmó: "Yo siempre me he mantenido en lo mismo".
En las palabras de Guerra, se presentaron reproches al nacionalismo, lamentando que ahora el país esté discutiendo la posibilidad de una amnistía para aquellos que cometieron delito de sedición y un futuro derecho de autodeterminación. Según él, la amnistía representa una humillación deliberada a la Transición y una condena a la democracia. Explicó que todo esto es resultado de lo que llamó "nueva política", la cual considera una estafa descomunal.
Rechazó de plano el olvido de lo sucedido durante el procés con su verbo punzante. Como socialista, hizo una solemne petición de que no se conceda la amnistía a los felones que prometen cada día volver a hacerlo. Planteó la pregunta de si es posible extinguir la responsabilidad penal de aquellos que, según el Supremo, promovieron un proceso para subvertir el orden constitucional. Si se adopta esta medida, afirmó que lastraría el futuro de la nación, ya que implica que la nación se niegue a sí misma.
Explicó que todo esto es resultado de lo que llamó "nueva política", la cual considera una estafa descomunal
«Es lamentable que toda la política española esté en manos de los nacionalistas, quienes apenas representan el 6% del conjunto de la nación», expresó Guerra. Insistió en la necesidad de que los dos principales partidos dialoguen para evitar que el poder caiga en manos del nacionalismo minoritario y se desestabilice el orden constitucional. Además, enfatizó en que la izquierda debe distanciarse de los partidos separatistas, ya que considera al nacionalismo como una ideología reaccionaria.
Es lamentable para Guerra presenciar cómo los dos principales partidos se alejan cada vez más y se inclinan hacia sus extremos. Ha observado la decadencia actual del Parlamento, el cual, según él, se limita a validar las decisiones de Sánchez expresadas a través de decretos leyes que no atienden ninguna necesidad urgente. Concluyó que el Parlamento debería ser una asamblea deliberante de la nación en la que prevalezca la razón general. Por lo tanto, es necesario deshacernos de los nacionalistas y los pequeños grupos que buscan destruir la democracia. Insistió en que no se resigna y sabe que muchos están resistiendo junto a él.
Uno puede respaldar las ideas que desee, pero no puede violar la legalidad. La amnistía no es constitucional", sentenció. "Tampoco es válida la autodeterminación"
Con apenas una frase, Felipe González expresó su acuerdo: "¿A alguien le sorprendería que esté de acuerdo?" No necesitaba decir más. Él también fue contundente al recordar que el PSOE es la única fuerza política que conserva sus siglas y participó en la redacción de la Constitución. Como "único superviviente del pacto constitucional", tiene la responsabilidad de defenderla. "Uno puede respaldar las ideas que desee, pero no puede violar la legalidad. La amnistía no es constitucional", sentenció. "Tampoco es válida la autodeterminación".
Felipe y Alfonso, González y Guerra respectivamente, compartieron la misma certeza absoluta en relación a este asunto. "El Estatuto fue anulado en tan solo dos días, al igual que la Constitución. Ahora, con una amnistía, se pretende borrar todo eso y quitar legitimidad a aquellos que intentaron defenderla", señaló González. Además, añadió que no conocía ningún país democrático que introdujera un elemento de "autodestrucción de su unidad y su integridad". "No podemos permitir que nadie nos chantajee. Absolutamente nadie. Y mucho menos por minorías en proceso de desaparición", exclamó, provocando así el aplauso del público presente.
Abogó también por los acuerdos entre el PSOE y el PP, ya que afirmó que sin ellos no se lograrán llevar a cabo reformas importantes. Por ejemplo, mencionó la necesidad de convertir el Senado en una cámara de representación territorial efectiva. "Lo que escucho es que la gente quiere que lleguen a un acuerdo, pero me pregunto, ¿cómo vamos a ponernos de acuerdo con esa señora que siempre está dando lecciones a todo el mundo?", refiriéndose a Yolanda Díaz. En varias ocasiones, González criticó a la vicepresidenta segunda y su tendencia constante a "aleccionar", incluso hacia aquellos que han ganado todas las elecciones, en clara referencia a Alberto Núñez Feijóo.