La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, se encuentra en el centro de la polémica debido a que la empresa de la que su esposo es copropietario ha seguido realizando transacciones comerciales con Rusia a pesar del inicio de la guerra. Esto ha generado preocupación y críticas por parte de la opinión pública y los partidos de oposición en Estonia. Aunque Kallas ha negado estar involucrada en los negocios de su esposo, se espera que ofrezca explicaciones sobre el tema. La oposición aprovechará este escándalo para debilitar su popularidad.
En el punto de mira se encuentra la popular primera ministra de Estonia, Kaja Kallas. Fue hace unos días cuando el director ejecutivo de Stark Logistics, empresa en la que su esposo es copropietario, admitió que han seguido realizando transacciones comerciales con Rusia a pesar del inicio de la guerra. La compañía ha afirmado que desde el comienzo del conflicto reestructuraron sus operaciones y ya no trabajan en Rusia. Además, los envíos realizados a dicho país corresponden a un contrato con la empresa estonia AS Metaprint, la cual está cerrando su negocio en Rusia. Según su versión, estos envíos consisten en excedentes de inventario que no estarían sujetos a sanciones y que tienen previsto finalizar en septiembre.
En la declaración de bienes de Kallas consta un préstamo de 350.000 a la empresa de su marido
En la declaración de bienes de Kallas, se ha señalado que su marido, a través de su empresa Novaria Consult, tiene un préstamo de 350.000 euros y posee el 24,8% de Stark Logistics. Esto ha generado preocupación en la opinión pública y los partidos de oposición en Estonia, quienes no están interesados en la legalidad de estas acciones, sino en su moralidad. Es especialmente relevante considerando que Kallas ha hecho de la ruptura con Rusia una de sus principales banderas políticas. Según la última encuesta publicada, el 57% de los estonios piensan que la primera ministra debería renunciar, mientras que el 31% cree que puede seguir en su cargo, pero debe dar explicaciones.
Una de las voces más beligerantes contra la invasión rusa de Ucrania, Kallas se granjeó una enorme popularidad. Ha sido una firme partidaria de endurecer las sanciones e incrementar el envío de ayuda militar a Ucrania.
El 57 % de los estonios consideran que la primera ministra debería dimitir, mientras que el 31% considera que aunque puede continuar en su puesto, debe dar explicaciones
La prensa la apodó como la "Nueva Dama de Hierro" europea debido a su actitud. Sin embargo, como dice el refrán, no solo hay que serlo sino también parecerlo. En este caso, parece que la Nueva Dama de Hierro está tratando de encontrar excusas para justificar los negocios de Stark Logistics. Kallas ha reiterado que no está involucrada en los negocios de su esposo y que no tenía conocimiento de esto antes de que la prensa le preguntara al respecto. Además, mantiene el mismo discurso que la empresa: que lo que hace Stark Logistics no son negocios con Rusia. Hasta ahora, según las encuestas y el revuelo mediático generado, parece que esta estrategia no está funcionando muy bien para ella.
La oposición, sin duda, aprovechará este escándalo para atacar a la primera ministra y debilitar su popularidad hasta ahora sólida. Sin embargo, ¿qué opinan los partidos de la coalición gubernamental y el partido de la primera ministra? En este caso, los socialdemócratas están mostrando más críticas que los miembros de Estonia 200, quienes parecen estar evitando tomar partido por ahora. Aunque todos coinciden en que la primera ministra debe ofrecer explicaciones. Incluso el presidente y jefe del Estado estonio, Alar Karis, no ha querido mantenerse al margen.
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