El Hermano Mayor o Gran Hermano es un personaje de la novela de George Orwell “1984”, y es el ente que gobierna a Oceanía, a través del partido único, el Ingsoc.
Nadie lo conoce, pero es omnipresente a través de tele pantallas con fuerte propaganda y controlando todo. Estos días, mientras Facebook es sospechada de “espionaje”, EE.UU., Canadá, España y otros 14 países y la OTAN expulsan a diplomáticos rusos por el intento de asesinato de Skripal.
Cuando Trump ganó las elecciones, el Parlamento ruso recibió la noticia con aplausos. Pero ahora, las cosas se han enfriado. Los rusos saben de “guerra fría”, además de su propia KGB, recuerdan a los espías de EE.UU., como la CIA que colaboró derrocando a líderes electos en Irán y Guatemala en la década de los cincuenta y respaldó golpes de Estado apoyando gobiernos anticomunistas en América Latina, África y Asia.
Ahora resulta que Zuckerberg es criticado, entre otras cosas, porque no quería comparecer ante el Parlamento británico. En una carta remitida al presidente del Comité Parlamentario pertinente, la responsable de relaciones públicas de la red social indicó que sería uno de los adjuntos de Zuckerberg quien daría respuesta a los diputados.
Resulta irónico que los Estados, los Gran Hermano que todo nos controlan desde la emisión de documentos de identidad con todos nuestros datos personales y hasta las agencias de espías pasando por los entes recaudadores de impuestos que conocen todas nuestras finanzas, pretendan que nos van a cuidar de quienes quieren robarnos datos personales. Mas bien parece que no quieren competencia o, peor, querrán imponer “reguladores” que tengan injerencia y autoridad sobre nuestros datos guardados en las redes sociales.
De hecho, a Facebook se le acusa de la filtración de datos de más de 50 millones de usuarios para ayudar… a la campaña del presidente de EE.UU., el jefe del Estado. La empresa británica Cambridge Analytica, contratada tanto para la campaña de Trump como para la iniciativa a favor del Brexit, recopiló información de millones de votantes a través de Facebook.
En 2010, durante la conferencia All Things Digital organizada por The Wall Street Journal, Steve Jobs se refirió a la cuestión de la privacidad enviándole una indirecta a Mark Zuckerberg que estaba presente, en el momento en que Facebook enfrentaba críticas por la actualización de los controles que forzaban a los usuarios a compartir sus datos. “Privacidad significa que la gente entienda en qué se registra, en palabras claras y repetidamente", dijo Jobs.
Es decir, la privacidad es, precisamente, una cuestión privada. Es decir, que las personas deben saber qué datos confían y a quién. Cada uno debe elegir y ser responsable de sus actos como con cualquier transacción sin que ningún burócrata pretenda entrometerse en algo tan sensible.
Por cierto, se ha dicho que el mercado ha reflejado este escándalo provocando la fuerte baja en el precio de las acciones de Facebook pero, en mi opinión, esta baja al menos en parte responde a que esta red se utiliza cada vez menos en favor de Instagram y WhatsApp. Riesgo, me parece, que lo corren todas las empresas, pero sufrirán más aquellas más “infladas”: por ejemplo, hoy Facebook y Netflix cotizan a una valuación equivalente a 11 años de ventas; Amazon a 4 años y Google a 7 años cuando el índice S&P500 cotiza a una valuación de 2.2 años de ventas.