Francamente tristes las intervenciones que nos regalaron nuestros políticos, tanto en el Pleno sobre pensiones como en el debate sobre la prisión permanente revisable. La imagen que están proyectando con situaciones como las comentadas dice muy poco en su favor.
La ausencia de liderazgos fuertes está generando gran desconfianza hacia nuestros gobernantes al detectar en ellos falta de iniciativa, prudencia, calidad política, nivel intelectual y capacidad de gestión. En general, y comparándolos con los de la Transición, la pérdida de prestigio profesional es visiblemente notoria.
A nuestros regidores, comenzando por los del PP, lo que les ocupa y preocupa ahora, son las manifestaciones de pensionistas, auténtico caladero de votos al que hay que cuidar con esmero, como intentó hacer el pasado jueves el presidente Rajoy aunque sin éxito, ya que de lo contrario adiós a las mayorías en las próximas elecciones, y de paso, pérdida de todas las canonjías que han venido disfrutando, tanto ellos como sus parientes, amigos y compromisos con los que hay que corresponder. Don Mariano sabe que por el momento, tanto el PSOE como Podemos están de capa caída y sin expectativas de mejora a corto plazo, tal como están reflejando los sondeos de opinión.
El único contrincante y enemigo a batir de los populares es Ciudadanos y a la vista de los acontecimientos, encuestas aparte, lo tienen bastante crudo. Recordemos una vez más que sobre la formación conservadora sigue pesando y mucho la lacra de la corrupción que arrastran. Existe otro serio peligro que siempre ha manejado muy bien el radicalismo de izquierda y que ya comienza a divulgarse a través de las redes sociales, amenazando con una huelga general para fragilizar las posiciones gubernamentales.
Tal como prometió y se ha cumplido, la Coordinadora en Defensa del Sistema Público de Pensiones, los jubilados, una vez más, salieron a manifestarse masivamente el pasado sábado. Su portavoz en Madrid, Lorenzo Sola, declaró que su colectivo no otorga credibilidad alguna al Jefe del Ejecutivo, amén de sentirse decepcionados y ser ellos los que prácticamente le obligaron a acudir al Parlamento. El Gobierno y los partidos se han visto desbordados y asombrados por el interés reivindicativo y presencia de miles de perjudicados que salen a manifestarse, algo inédito años atrás. Rajoy, por el momento, solo ha ofrecido un vago compromiso fiscal condicionado a que se aprueben sus Presupuestos.
Regresando al párrafo primero, la celebración del debate no pasó de una lamentable pérdida de tiempo en el que nadie propuso un coherente sistema para salvar las pensiones. Ni Rajoy con su perorata de números y porcentajes, ni la oposición del PSOE y Podemos con sus burdas descalificaciones de siempre nada solucionaron. Los jubilados, con toda la razón, mantienen sus críticas al Gobierno por no ofrecer soluciones concretas que eviten su galopante empobrecimiento.
Para finalizar, en el PP, la inquietud crece por días al comprobar que todas las estrategias orquestadas hasta el momento para desgastar y frenar el crecimiento de Ciudadanos han resultado inútiles. Albert y los suyos se sienten eufóricos viendo los escaños que los demoscópicos les adjudican a través de las encuestas, pero lo cierto es que la frase que cada vez se escucha con mayor frecuencia dice más o menos... "Tal como están las cosas, al único que se puede votar es a Podemos"... ¡¡Tiempo al tiempo!!