El Papa ha pedido a los fieles no tener "miedo" de no alcanzar las metas que la sociedad "impone" y ha subrayado que el mayor temor es el de "tirar la propia vida" y "desperdiciar" el tiempo.
"No hay que desperdiciar el mayor bien que tenemos: la vida. Sólo eso debería asustarnos. Hay que ir a contracorriente aunque cueste, liberarnos de los condicionamientos del pensamiento común, ser apartados por los que 'siguen la ola'", ha pronunciado el Pontífice asomado en la ventana del Palacio.
El Papa ha señalado que hoy en día una persona puede ser objeto de burlas o de discriminación si no sigue ciertos "modelos" de moda que ponen en el centro realidades de segunda categoría, como "cosas en lugar de personas, prestaciones en lugar de relaciones".
"Padres de familia que trabajan sin descanso para mantener a la familia, viviendo sólo para el trabajo, pero necesitan tiempo para estar con sus hijos; un sacerdote o una religiosa que deben comprometerse en su servicio, sin olvidar dedicarle tiempo a Jesús, para no caer, afirmó, en la mundanidad espiritual y perder el sentido de lo que son. Un joven con mil compromisos y pasiones, desde la escuela, el deporte, el celular y las redes sociales, dejando de lado conocer gente, necesitan realizar grandes sueños, sin perder el tiempo en cosas que pasan y no dejan huella", ha afirmado el Papa Francisco.
En su lectura del Evangelio, el Papa ha recordado que Jesús repitió tres veces a sus discípulos: 'No tengan miedo', "y antes, les habló de las persecuciones que tendrán que soportar por causa del Evangelio". Al respecto, el Papa Francisco recordó que esas persecuciones existen aún hoy día.
"Parece paradójico: el anuncio del Reino de Dios es un mensaje de paz y de justicia, fundado en la caridad fraterna y en el perdón, y sin embargo encuentra oposición, violencia y persecución", ha asegurado.