Canal YouTube de Enrick Oliver.- China ha logrado convertirse en un gigante de la industria automotriz en las últimas décadas. Primero fueron las marcas japonesas y coreanas las que conquistaron los mercados occidentales con su fiabilidad y precios competitivos. Luego, las marcas europeas y americanas se unieron a la competencia, mejorando cada vez más en calidad y tecnología.
Hoy en día, marcas como Toyota, Kia y Hyundai se encuentran entre las más vendidas en España. Pero ahora es el turno de una nueva fase de expansión: los vehículos chinos. Estos vehículos están listos para alterar la correlación de fuerzas en mercados como el europeo y el norteamericano.
En este artículo, analizaremos la historia de éxito de la industria automotriz china y por qué deberíamos considerar comprar sus vehículos en lugar de marcas tradicionales. La industria automotriz en China comenzó en la década de 1950, fabricando inicialmente camiones, tractores y autobuses. Luego, se incursionó en la producción de automóviles. Aunque al principio la variedad de modelos era limitada y la tecnología era de origen soviético, China empezó a desarrollar su propio know-how en la fabricación de vehículos.
A medida que China superaba los mil millones de habitantes en 1982, la producción anual de automóviles aumentó a 5000 unidades. Sin embargo, todo cambió cuando China participó por primera vez en serio en los Juegos Olímpicos en 1984 y comenzó a implementar reformas económicas para abandonar el maoísmo y adoptar una economía de mercado. China se convirtió rápidamente en la fábrica del mundo, con un crecimiento económico anual de casi el 10%. Privatizó gran parte de su estructura productiva y financiera, pero el estado mantuvo un control significativo en algunos sectores clave.
China también se unió a la Organización Mundial del Comercio en 2001 y se expandió a nuevas industrias como la electrónica y la industria pesada. En cuanto a la industria automotriz, China pasó de producir 5000 coches al año en 1980 a convertirse en el primer fabricante mundial en 2008, superando a los Estados Unidos. En 2021, China fabricó 26,8 millones de vehículos, casi el triple que Estados Unidos y cuatro veces más que Japón.
El éxito de China en la industria automotriz se debe a varios factores.
En primer lugar, el país pudo ofrecer mano de obra abundante, terrenos adecuados para instalar fábricas y una población lista para motorizarse. Sin embargo, lo que les faltaba era el know-how necesario para desarrollar su propia industria automotriz. Para solucionar esto, China ofreció a los fabricantes occidentales la oportunidad de ingresar a su jugoso mercado a cambio de compartir conocimientos técnicos y establecer empresas conjuntas con socios locales. Las marcas occidentales entraron en el mercado chino con la mitad de los costes y se aseguraron la venta de todo lo fabricado.
Esta simbiosis perfecta permitió a China aprender a hacer coches, formar ingenieros, diseñadores y operarios, y comprender el negocio automotriz en su totalidad. Mientras tanto, las marcas occidentales aprovecharon el mercado chino en crecimiento y redujeron los costos de producción. Hoy en día, China cuenta con una docena de grandes grupos industriales que comercializan vehículos bajo sus propias marcas desconocidas fuera del país.
Al mismo tiempo, mantienen colaboraciones con fabricantes occidentales como General Motors, Toyota, Volkswagen y Mazda. Pero la industria automotriz china no se limita solo a la fabricación de vehículos convencionales. Actualmente, China es el líder mundial indiscutible en la producción de baterías para coches eléctricos y también produce la mayor cantidad de vehículos eléctricos del mundo.
Desde 2018, China ha estado limitando la venta de coches de combustión y se espera que el 30% de las ventas de coches en China sean de modelos eléctricos para 2030. A pesar de las expectativas de una llegada masiva de fabricantes chinos a Europa occidental, aún son minoritarios en comparación con el mercado local chino.
Sin embargo, los analistas internacionales de la industria automotriz coinciden en que las marcas chinas tendrán una ventaja al ingresar al mercado europeo, ya que la normativa medioambiental desaparecerá gradualmente con la adopción de motores eléctricos. Aunque las marcas chinas han comenzado a ingresar a países como España, principalmente a través de importadores privados, aún no han llegado con grandes ambiciones.
Sin embargo, se espera que aprovechen las oportunidades que el mercado les facilite, como el segmento de coches urbanos y los modelos eléctricos de bajo precio que los fabricantes europeos parecen despreciar. El futuro de la industria automotriz china sigue siendo prometedor, ya que el mercado doméstico sigue creciendo y electrificándose.
Aunque las marcas chinas están preparadas para ingresar a los mercados occidentales, su prioridad seguirá siendo el mercado interno en la próxima década.
En resumen, China ha demostrado ser una potencia en la industria automotriz y su éxito se basa en su estrategia de aprendizaje y colaboración con las marcas occidentales. Aunque persisten preocupaciones sobre la calidad y el impacto medioambiental de los vehículos chinos, las normas y estándares de calidad impuestos por las marcas occidentales aseguran la fiabilidad de los vehículos fabricados en China. China ha demostrado tener un plan para su industria automotriz, pero la pregunta que debemos hacernos en Europa es si tenemos nuestro propio plan para mantenernos competitivos en la industria automotriz global.