VisualEconomik.- El 15 de mayo de 2023, se llevó a cabo una reunión en el parlamento europeo con un objetivo nunca antes visto: promover el decrecimiento económico. La teoría es que al promover la disminución de la actividad económica, se reducirá el consumo de recursos, las emisiones de CO2 y, así, se podrá salvar al planeta del cambio climático.
Este concepto, conocido como decrecentismo, ha generado polémica y discusión en los últimos meses. Algunos creen que es la única forma de frenar la emergencia climática, mientras que otros consideran que es inviable y perjudicaría a la economía mundial. No obstante, estas declaraciones no son simplemente ideas de ecologistas, sino que han sido acogidas por el parlamento europeo y varios políticos importantes.
Incluso la Unión Europea ya está financiando proyectos de investigación sobre cómo empobrecer a la población para luchar contra el cambio climático. El argumento principal de los defensores del decrecimiento es que el crecimiento económico no es sostenible en un planeta con recursos finitos. Aseguran que es necesario reducir el consumo y promover un estilo de vida más minimalista para proteger el medio ambiente. Sin embargo, hay quienes cuestionan esta teoría y plantean posibles consecuencias negativas del decrecimiento económico.
Por ejemplo, si todos nos volvemos más pobres, ¿cómo afectaría esto a nuestras vidas y a la economía global? Además, ¿es realmente viable convencer a toda la población de que reduzca drásticamente sus niveles de vida? Otro argumento en contra es que los países pobres, responsables de gran parte de las emisiones de CO2 actuales, también necesitan crecer económicamente para escapar de la pobreza. Reducir el crecimiento solo en los países desarrollados no resolvería el problema.
Por otro lado, hay quienes defienden la idea de un crecimiento económico intensivo, que se base en la eficiencia, el reciclaje y el desarrollo de tecnologías más limpias. Esta forma de crecimiento permitiría seguir prosperando sin agotar los recursos naturales. En resumen, el decrecentismo plantea un debate importante sobre cómo equilibrar el crecimiento económico y la preservación del medio ambiente.
Aunque sus defensores argumentan que es necesario para salvar al planeta, existen dudas sobre su viabilidad y consecuencias a largo plazo. La clave está en encontrar soluciones que promuevan un crecimiento sostenible y respetuoso con el medio ambiente.