De mi profesión, recuerdo expresamente el temor e incluso el pavor, común a mis compañeros, de encontrarnos ante un caso relacionado con el agua, con los pozos o con los regadíos, ya que esta era una materia muy desconocida, en lo jurídico legal correcto, no en el capricho del que manda, para la mayor parte de los ciudadanos.
Siempre creo que hay que tener presente que "lo del agua" es una materia muy compleja, en mi tierra dicen que el de ciudad ve el agua como un elemento para beber, para cocinar o para el aseo, mientras que el de campo, lo ve como eso, pero además lo ve como un elemento imprescindible para su trabajo o su actividad, ya que sin agua no hay cosecha ni ganado, y hay que tener presente también, que el dicho de que sin agricultura no hay nada, es una de las mayores verdades que se dicen. Y eso se traduce en votos que pueden generar cargos y tomar parte en el reparto del pastel.
Pero además de por el interés del ciudadano, existe otra distinción en este tema, como es la de las aguas superficiales; las aguas subterráneas; los acuíferos; las servidumbres, y otras cosas más, que llevan a este tema a una problemática muy compleja.
Pero además y, por último, ya que, no es de cansar al lector, existe la intromisión en el tema de la denominada política, y así vemos que cuando llegan las elecciones, del tipo que sean, la cuestión renace a borbotones como nace el rio del pueblo de mi padre, y se convierte en otro numerito de la función circense que engloban las críticas y las barbaridades que se llegan a decir.
Porque son gran verdad, las palabras, que dicen le echo a la cara un cargo de una Comunidad de Regantes del Poniente Almeriense al ministro de turno, cuando en un acto y tras exponer su Excelencia sus planteamientos, le pidió la opinión al técnico y este no pudo decir otra cosa, que no tenían ni p. idea.
Porque esta es la verdad. Si se profundiza en el tema se ve, que la normativa comunitaria, estatal, autonómica, es una cosa que puede tener consistencia jurídica y racionalidad y lógica, pero otra cosa muy distinta es lo que hay.
En relación con el repetido problema de los pozos, en definitiva, del agua de Doñana y su uso, los que mandan no han atinado nunca, tampoco en otros sitios, ya que como no hay interés electoral, nada se dice; Las Tablas de Daimiel, para las que se hizo un trasvase del rio Cigüela que no sirvió para nada; La albufera de Valencia, el Mar menor y otros más, es demasiado líquido para sus conocimientos.
Partiendo del inicio legal. La Ley de Aguas de 1.985 y su reforma o reglamento, o lo que sea de 1.999, y que fueron objeto de un texto refundido de 2.001, instrumento jurídico que se usa por los políticos gobernantes o legisladores, para matizar sus meteduras de pata entre otras cosas.
En dicho texto sustantivo sobre el agua, se establece la competencia para regular el uso y aprovechamiento del agua, la que corresponde a la Comunidad por la que discurra la corriente del rio o se ubique el agua subterránea, pero con la particularidad expresa de que si, discurre el rio principal o los afluentes que forman su caudal, lo hace por dos o más Comunidades Autónomas, la competencia es del Estado.
Doñana es la desembocadura del Rio Guadalquivir y por tanto le corresponde a Andalucía, pero resulta, y esto es un hecho físico fácilmente comprobable, mirando un mapa o dándose una vuelta en Falcon, que hay aguas que provienen de Extremadura y de Castilla La Mancha, y por tanto, es evidente que al ser más de una Comunidad le corresponde la competencia al Estado Central.
Así se ha entendido por la Unión Europea, que en el famoso conflicto del uso del agua de Doñana y que dio lugar a la sentencia de su Tribunal de Justicia de la Unión de fecha 24 de junio de 2.001, se pronuncia condenando al Estadio Central no solo por el mal uso, lo que es grave, sino también por inacción, que es mucho más grave ya que, equivale a decir, por no hacer nada en favor del agua en este tema, y le impone una condena.
Esto ha sido reconocido expresamente incluso por una de las ministras o ministros del inquilino de la Moncloa, no del gobierno, porque el que manda es él y a los hechos nos remitimos, cuando hace días se ha manifestado en términos de que, si se impone en su día por Europa una sanción al Estado, el Gobierno se la hará pagar a la Comunidad de Andalucía o a la que corresponda, ahora que no tienen el poder en ella.
Pero cabe preguntarse, qué pasa entonces, si la Comunidad Autónoma no fueras competente, pues que se forma este lio, unos pretendiendo legislar y otros negando el contenido de lo legislado. Lo que paso es muy sencillo de resolver: El agua en regadío o para consumo, es muy importante, incluso en casos imprescindible e insustituible, y cuando se tramita el Estatuto de Andalucía, todos corrieron en su día para hacerse con este pastel y el negocio que supone, en dinero y en personal, Y claro está, siendo el Gobierno andaluz del PSOE con Chaves a la cabeza y el de la Nación de igual filiación, con el nefasto zapatitos a su cabeza, aun cuando vulneraba la Ley de Aguas, daba lo mismo, lo importante era la competencia para generar fondos económicos y capacidad de puestos de trabajo o de sin trabajo, que hay de todo.
Hubo unas sentencias de los más altos tribunales de la nación, pero no vieron o no advirtieron la existencia de caudales de diversas Comunidades en el Guadalquivir, lo que es extraño, pues Europa si lo vio ya que así consta en la Ley no derogada.
Resulta evidente, partiendo de esto que lo que sucede después es un laberinto de no competencias además de incompetencias, que da lugar a la generación de muchos problemas, que se promete arreglar por los gobiernos de Chaves y Griñán desde 2.001, como un trasvase del sistema Chanza-Piedras que no se lleva a cabo, podemos decir parche no nacido, ya que en principio partía de 5 Hectómetros de caudal cuando según los técnicos de Doñana señalaban como necesario 20 Hm. No se sabe si no se ha hecho porque no se hace nada como es costumbre en este tema o porque aún están discutiendo cual es el caudal necesario.
Como ven Vds., esto es una chapuza tras otra, y así no hacen nada más, que engordar un problema que estalla por la presión de los agricultores afectados, a los que ahora en ese afán electoralista del Gobierno, insultan y se les llama señoritos, dejando en el olvido los caso Eres o Cursos de formación, donde había uno del sindicato que debajo del colchón tenía dinero para usar una vaca según su madre o su suegra, que no me acuerdo bien. De lo de la prostitución no hablo porque no hay espacio suficiente.
Por haber desarrollado mi función en Almería, el tema del agua ha sido muy importante para mí y mi trabajo, y he vivido personalmente el follón de las desaladoras, que han terminado costando el doble de lo previsto, sin justificación por ahora, varios años después de haberse terminado su construcción bajo el mando de la Sra. Narbona y que en la prensa de Almería de hace dos días, se indicaba, que de cinco o seis desaladoras previstas, funcionan solo dos y otra a un tercio y el resto no lo sabe ni un adivino que viniera; el tratamiento terciario de los residuos líquidos, que se intentó instalar antes de 2.004, y algunos alcaldes se pasaron de punto marchándose Agbar que lo patrocinaba por donde había venido, dadas las pretensiones de los políticos.
Es evidente que, en el año 2.009, el grupo ecologistas en acción denunció el vertido de aguas fecales al agua de Doñana, y nada se ha hecho, aun cuando ya estaba en conocimiento de la administración el denominado tratamiento terciario, que si bien por razones obvias puede ser desaconsejable para el consumo humano es plenamente valido para los cultivos, generando un sobrante de agua muy provechoso.
Es decir, que ni saben lo que tienen, ni saben cómo lo tienen, ni saben que hacer, como decía aquel que hablo con el ministro Cañete, no tienen ni p. idea. Y esto no solo lo digo yo. En los últimos días, un socialista con cabeza, llamado Felipe González hablaba en medio escrito que era necesario un Plan Hidrológico total y no parches aderezados con cesiones independentistas como lo sucedido con el agua sobrante del rio Ebro.
Todos, los que en el estudio de este sector hemos profundizado, aunque sea un poco, con la ilusa pretensión de salvar personas, comida y ganado, cosas sin importancia, ya que no son cargos políticos, no solo le pedimos al cielo que llueva, sino también que los políticos de hoy y por ahora, tengan un poco de sentido común y lleguen a un pacto del agua, partiendo de la normativa existente y cumpliéndola, aunque me parece que lo segundo es más difícil que lo primero, pues con ese quitarse de en medio que pregona el Presidente, yéndose de campo el día que se vota una Ley como la del solo si es si, o se monta un viaje a Marruecos para que no le reciba nadie, aunque dicen que si vio a quien interesaba a él y a su señora. Pedir y se os dará, pero por ahora toca verlas pasar.