Me recuerda la Alemania del Este, en los años de la guerra fría, donde los vecinos estaban obligados a delatarse entre sí… Se acaba de publicar en el
BOE del pasado 21 de febrero, la
Ley 2/2023 reguladora de la protección de las personas que informen sobre infracciones normativas y de lucha contra la corrupción.
Si, no han leído mal. A partir de la fecha, todas las empresas de más de cincuenta empleados deberán habilitar un buzón para que de forma anónima los empleados puedan denunciar a su empresa lo que consideren anómalo. Y por supuesto, los empleados denunciantes no podrán sufrir ningún tipo de represalia por parte de la empresa.
Se pide a los empleados que denuncien a su empresa si observan cualquier quebranto económico para la Hacienda Pública y para la Seguridad Social, y las que supongan infracciones del Derecho laboral en materia de seguridad y salud en el trabajo.
Y el decreto amplía la posibilidad de denunciar no sólo los miembros de la plantilla, también los becarios, colaboradores e incluso visitantes que aún no hayan iniciado una relación laboral con dicha empresa a la que deben denunciar si observan cualquier irregularidad.
El estado policial al que nos está sometiendo este gobierno más parece el del Nacional Socialismo de la Alemania Nazi, o el del régimen comunista que veía enemigos entre la propia familia y te obligaba a que denunciaras a tu propio hermano si este mantenía una actitud no acorde con lo reglamentado.
Como nací a comienzos del cincuenta, viví algunos años el régimen franquista. Y siento decir que me siento más perseguido en el actual régimen sanchista que durante los años que ejercí el periodismo, en prácticas, con Franco vivo… Ahora hasta te pueden procesar por delitos de odio, o por publicar una información que el sanchismo considere falso. Como le ha pasado al joven abogado Rubén Gisbert.
A Pedro Sánchez le preocupaba, según comentó un exministro suyo, Màxim Huerta, cómo pasará a la historia cuando deje de ser presidente. Pues la yo saben, aparte de ser el valiente que se enfrentó al franquismo trasladando a la momia del Valle de los Caídos al cementerio de El Pardo, se le recordará porque implantó la delación.