El gasto militar estatal confirma que la guerra es un negocio

El gasto militar estatal confirma que la guerra es un negocio. En los Presupuestos Generales del Estado para 2022, aprobados por el gobierno de coalición, se destinaron hasta 22.796 millones de euros al ámbito militar, un 124% más que lo asignado al Ministerio de Defensa (10.155 millones).

Las cifras de inversión militar han alcanzado un nuevo récord histórico para 2021, con un aumento del 5,75%. Además, se ha destinado un 16,2% más de presupuesto a armamento, lo que equivale a 4.581,5 millones de euros, es decir el 21,38% del gasto del Estado.

De cada 5 euros gastados por el gobierno, 1 euro se destina a usos militares. Esto equivale a 479 euros por habitante, según el informe El gasto militar real del Estado español para 2022, del Centre Delàs d'Estudis per la Pau de Barcelona.

De los 938,5 millones de euros destinados a la investigación y desarrollo militar, casi 708,2 se usan para crear nuevas armas con el propósito de incrementar este gasto en un futuro cercano.

La guerra en Ucrania ha despertado a algunos actores militares, como la OTAN. Curiosamente, España es el número 19 de 25 miembros de la Alianza del Atlántico en cuanto a contribuciones económicas para fines bélicos.

El FMI ha reducido su estimación de crecimiento global del PIB para el año 2022, pasando del 4,4% al 3,6%, debido al caos económico actual.

La inflación aumentó hasta el 9,8% en marzo, superando los 2 puntos del mes anterior.

Los Estados Unidos se han posicionado como una figura indiscutible al enviar recursos para el gasto armamentístico de la guerra de Ucrania. Se prevé que este incremento militar llegue hasta el 4% en 2023, lo que equivale a 813.000 millones de dólares (751.602,24 millones de euros).

Ucrania recibió de Estados Unidos 1.400 sistemas de misiles antiaéreos Stinger, 300 lanzagrandas y municiones, 5.000 fusiles, así como 70 hummers y otros vehículos.

Es previsible que el gasto militar aumente si la guerra contra Rusia continúa. Por ahora, se puede ver el dinero que las grandes naciones están invirtiendo en Ucrania, un lugar con intereses tanto geográficos como políticos.