Reclama un “constitucionalismo militante” que “deje de mirar por el retrovisor y mire decididamente hacia delante”. “El mejor homenaje hacia el pasado es que tomemos las riendas del presente y nos hagamos dueños del futuro”, destaca.
Acusa a Sánchez de “arrojar sombras sobre nuestra democracia” y de cuestionar el fundamento del proyecto europeo que es la reconciliación y la concordia entre europeos con su ley de memoria. “Con las actitudes y con las intenciones que laten en esa iniciativa, la Unión Europea no existiría hoy. Y sin ella, España no tendría futuro”, recalca.
“La Constitución no se hizo solo para recordarla y exhibirla en una vitrina del Congreso”, incide Casado, quien asegura que la Carta Magna tiene que ayudar de verdad a quienes madrugan cada día y salen a buscar trabajo. “Tiene que estar presente en el mercado, en la oficina y en la universidad compartiendo temores y esperanzas, escuchando y ayudando a quienes formamos el pueblo español”.
Subraya que hay que “evitar que los homenajes a la Constitución terminen por ser celebraciones cargadas de melancolía”. “La Constitución es nuestra voz y nuestra libertad de hoy. Hablar de la Constitución no es una lección de historia, sino de libertad”.
“Millones de españoles quieren crear su familia, educar a sus hijos, habitar una casa y tener un empleo y no pueden. Y ese malestar no lo vamos a superar solo recordando y custodiando una memoria”, subraya.
Reivindica como “éxito colectivo” la democracia española y advierte de la deriva de la izquierda que intenta poner en cuestión el consenso de la Transición y de “algunos sectores de la derecha dispuestos a poner en cuestión partes fundamentales del acuerdo constituyente, como el Estado autonómico o la circunscripción provincial”.
Lamenta que, desde Zapatero, el socialismo español ha elegido “buscar nuevos socios en los extremos con efectos muy malos para su propio Gobierno, para su partido, para España y para Europa”.
Recuerda que ha ofrecido varias veces a Sánchez “ensanchar juntos el espacio de centro para hacerlo de nuevo tan grande como para que el PP y el PSOE pudieran competir dentro de él, sin hacerse dependientes de los extremistas”, y afirma que “la primera tarea de la política es hacer posible la convivencia entre quienes no comparten las ideas pero comparten el país” y acusa al Gobierno de “hacer justo lo contrario”.
Atribuye al proceso de europeización de España “la modernización normativa, administrativa e institucional y la mejora de nuestras infraestructuras y de muchos de los estándares que definen hoy a la sociedad de bienestar española”.
Por último, advierte sobre la irresponsabilidad de “poner en duda nuestra pertenencia a la Unión Europea existente” y critica que “peor aún es cuestionarla por la vía de los hechos, ignorando los compromisos adquiridos y vulnerando los criterios de calidad democrática e institucional que explícitamente defiende y que forman parte nuclear de su acervo y de su naturaleza”.