De nuevo, se reaviva la tensión entre Irán y Occidente. El tema central de las relaciones con el país chiita es el acuerdo nuclear, llamado oficialmente Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), que pretende limitar el poder nuclear iraní. Este se firmó en Viena en 2015 y está integrado por Irán, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Alemania y la Unión Europea. Tras su firma, el tratado nuclear se incorporó al derecho internacional mediante una resolución. Las condiciones del PAIC fueron: levantar las sanciones económicas contra Irán a cambio de que este limitara el uso nuclear a fines pacíficos. Además, Irán debe reducir sus reservas de uranio enriquecido en un 98 % y, también se comprometió a no construir ninguna planta nuclear hasta 2030.
Este acuerdo fue visto como una hazaña de los gobiernos de EE.UU. e Irán, tradicionalmente enemigos. Sin embargo, los detractores del acuerdo afirmaban que no debía existir una fecha límite para restringir el programa de Irán, más bien, una suspensión indefinida. A pesar del entusiasmo de EE.UU., fue el único país que abandonó el acuerdo, durante la administración de Donald Trump, quien aclaró que la razón principal era no ayudar a un “Estado patrocinador del terrorismo”. Así, Trump estableció sanciones a Irán, a pesar de que este había cumplido con las condiciones del acuerdo. No obstante, la organización supervisora del PAIC, informó en enero de 2021, que Irán había aumentado su producción de uranio hasta un 20 %, en señal de “venganza”.
El portavoz de Exteriores de Irán, Saeed Jatibzadeh, informó el pasado 19 de julio que las conversaciones con Viena sobre el acuerdo nuclear se reactivarán bajo el nuevo gobierno, del ultraconservador Ebrahim Raisi, a principios de agosto. Además, el portavoz iraní ha acusado al gobierno estadounidense de no cumplir con sus obligaciones en virtud de la resolución del Consejo de Seguridad. Otro punto de fricción entre EE.UU. e Irán es el tema del intercambio de prisioneros estadounidenses en cárceles iranís y viceversa, ya que Irán ha criticado esta petición.
Lo último ha sido la acusación, principalmente de Israel, el 29 de julio, a Irán, tras el ataque de un barco petrolero del multimillonario Eyal Ofel, en el mar Arábigo, frente a las costas de Omán. Dos miembros de la tripulación israelí fallecieron. Los militares estadounidenses están investigando si el ataque se perpetraría con un dron, pero Israel sigue convencido de culpar a Irán. De hecho, el ministro de Exteriores israelí ha publicado en Twitter que “Irán no es solo un problema israelí, sino un exportador del terrorismo, destrucción e inestabilidad que nos está perjudicando a todos”. Lapid se comunicó con el ministro de Exteriores de Reino Unido, a quien le comentó “la necesidad de responder con severidad”. Debido a todas las tensiones con Irán, se ha vinculado este accidente al problema nuclear.