“De todas las piezas de nuestro sistema político, la única que no ha pasado el control de calidad de la crisis es la más fácil de sustituir: el Gobierno”, añade.
Casado reconoce que, tras la victoria electoral, el PP va a “sufrir porque España necesita la agenda de reformas más ambiciosa de toda nuestra historia, que tenemos la firme voluntad de llevar adelante”.
“Hace tres años dije que si ganaba el Congreso nadie perdería en el partido. Hoy puedo decir que cuando gane el PP las elecciones no perderá ningún español, sino que ganará toda España un futuro mejor”
El líder popular recalca que las ideas del PP no admiten “recambios ni sucedáneos”, y traslada que su partido “ha mantenido el pulso firme” sin dejarse “presionar por nada ni nadie” defendiendo los “principios y valores de siempre”.
Defiende que el PP es la única alternativa al sanchismo, porque su partido ha sabido hablar a los españoles a la cara “sin tomarles por espectadores de atrezzo de una serie negra”. “Somos el camino para salir de la crisis social y del laberinto institucional que Sánchez nos va a dejar”, añade.
Acusa a Sánchez de “entenderse bien con los comunistas, los independentistas y los batasunos porque piensan solo en su propio interés y se venden no al pacto, sino al trueque como si el Estado fuera un gran zoco”.
Sostiene que el hoy en día, el debate público se agota en saber si el Gobierno actúa o no dentro de la ley, “para descubrir casi siempre que no”. “Hasta ahí llega su agenda mientras la quinta ola arrasa las esperanzas de millones de españoles”.
Reivindica el reformismo del PP como un “modelo propio” para salir de la crisis, tomarse “en serio a España” y construir una sociedad más libre y responsable. “Haremos las reformas si las peleamos en el terreno político, pero no sí esperamos que broten solas de una página del boletín oficial que sea”.
Define al PP como partido de estado y de gobierno, incluso estando en la oposición y asegura que su formación ha demostrado responsabilidad y generosidad “ante el peor gobierno de la historia democrática que ya es solo oposición a la oposición”.
“Cualquier gobierno serio habría convocado elecciones”
Señala que tras el revés “tan duro” del Constitucional “cualquier gobierno serio habría convocado elecciones, pero su única reacción ha sido la de insistir en saltarse las normas para lograr objetivos políticos”. “Este Gobierno es el mismo error con otras caras, otras marionetas en manos de los hilos de Waterloo y Lladoners”, sostiene. • Reitera que el PP está dispuesto a renovar de inmediato el CGPJ “en cuanto Sánchez acepte cumplir con los estándares europeos y constitucionales”, permita que los jueces elijan a los jueces, los políticos saquen las manos de la Justicia y se respete la separación de poderes. “¿Por qué no lo permiten y lo siguen bloqueando? ¿y por qué miente echando la culpa a los demás?”, se pregunta.
El dirigente popular manifiesta que el PP no facilitará al Gobierno “que siga atacando al poder judicial y los órganos constitucionales” como han hecho con el Tribunal Supremo, el Constitucional y el de Cuentas, y afirma que la grave crisis que sufrimos se debe no solo por las consecuencias de la terrible pandemia “sino por la incompetencia, arrogancia y las mentiras de un Gobierno limitado a fuegos de artificio y juegos de sombras”.
“Ningún presidente europeo ha tenido una oposición tan leal en momentos de crisis, ni tan dispuesta a sacrificar sus propios intereses electorales para alcanzar acuerdos urgentes en beneficio de la sociedad. Y ninguna oposición ha tenido en Europa un Gobierno tan radicalizado, tan obsesionado por el poder y tan poco dispuesto al acuerdo”.
Asegura que Sánchez aceptó ser el mascarón de proa en el buque pirata de la antipolítica, “en el que el nacionalismo llevaba el timón y al que Podemos hinchaba las velas”. “Pero ahora es un buque fantasma a la deriva, esperando la próxima tormenta electoral que lo desfondará”, incide para subrayar: “Nunca ha visto la crisis como un problema nacional, sino como una oportunidad personal”.
Por último, considera que nadie debe desenterrar viejas heridas, ni descoser la reconciliación que sellaron nuestros padres y abuelos, “y menos por un irresponsable interés de dividir a la sociedad para intentar polarizarla electoralmente”.