El nuevo jefe del servicio de inteligencia argelino, general Athmane Tartag, ha encomendado la “transición controlada” del Frente Polisario al primer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Abdelkader Taleb Omar, con el fin de resolver la cuestión del Sáhara que ya dura 40 años. Argelia tiene prisa en dar una salida al conflicto para volcarse en la delicada sucesión del enfermo presidente Abdelaziz Buteflika. El histórico secretario general del Polisario, Mohamed Abdelaziz, ha sido reelegido pero queda como una figura decorativa.
El reciente 14º Congreso del Frente Polisario celebrado en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, región fronteriza de Argelia con Marruecos, ha reelegido al secretario general del movimiento independentista, Mohamed Abdelaziz (69 años), otorgándole una vez más las riendas de la organización que dirige ininterrumpidamente desde 1976.
Argelia quiere resolver la cuestión del Sáhara para volcarse en la delicada sucesión del enfermo presidente Buteflika
A pesar de que Abdelaziz había anunciado ya hace meses que se retiraba de la dirección del Polisario para dejar paso a nuevas generaciones, el servicio de inteligencia argelino (DRS, Départament des Renseignement et de la Sécurité) le ha impuesto un nuevo mandato al frente del movimiento independentista y de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) proclamada hace 40 años en el territorio argelino donde tiene su sede.
La estrategia del general Tartag
La reelección de Abdelaziz, que ha defraudado a gran parte de militantes saharauis que esperaban la renovación y la democratización del Frente Polisario, ha sido decidida por el nuevo jefe del espionaje argelino, el general Athmane Tartag, que ha sustituido en el cargo al general Mohamed Mediene, en el marco de una estrategia que tiene como objetivo resolver la “cuestión del Sáhara”, según supo mil21.es en medios cercanos a la inteligencia francesa.
El general Mediene tenía a punto un plan para remplazar a Mohamed Abdelaziz por el “ministro de la Defensa” saharaui, Mohamed Lamine Bouhali. Dicho plan consistía en renovar con gente joven la dirección del Polisario y desprenderse de la “vieja guardia”, incluido Abdelaziz al que se acusa de corrupción.
Lamine Bouhali es un incondicional de Argelia que controla los 10.000 militares que integran el denominado Ejército de Liberación Saharaui y su material de guerra.
Sin embargo, el nuevo jefe del espionaje argelino, el general Tartag, ha mantenido a Mohamed Abdelaziz en un Congreso en el que ha sido el único candidato a sucederse a sí mismo. Lamine Bouhali ha sido apartado de la Defensa y confinado en el “Ministerio de la Construcción y la Repoblación”.
Crece en el seno del Polisario una tendencia favorable a la autonomía del Sáhara para acabar con un conflicto que dura 40 años
El diario parisino “Mondafrique”, citando fuentes de Argel, apunta a que el general Tartag prepara una “transición controlada” del Polisario dirigida por el primer Ministro de la RASD, Abdelkader Taleb Omar, cuya misión sería la de regenerar el Polisario y sacarle de la profunda crisis de identidad a la que le han llevado cuatro decenios de inmovilismo y tribalismo.
Sucesión de Buteflika, objetivo prioritario
Según las citadas fuentes francesas, el servicio de inteligencia argelino tiene prisa en solucionar “la cuestión saharaui” para poder dedicarse íntegramente a la gran tarea que significará para Argelia la sucesión del presidente Abdelaziz Buteflika, enfermo y postrado en silla de ruedas, que no podrá terminar su actual mandato según todas las previsiones.
En el seno del Polisario está creciendo una tendencia favorable a abordar la autonomía del Sáhara Occidental propuesta por Marruecos. Sus partidariosdefienden que es la “única solución pragmática” a un conflicto que perdura desde hace cuatro décadas y cuyas víctimas son las miles de familias saharauis confinadas en los campamentos de Tinduf.