El Partido Popular, camino de la clandestinidad
jueves 21 de enero de 2016, 10:58h
Los sucesivos gobiernos de Aznar y Rajoy se han ganado a pulso que el electorado castigue al Partido Popular hasta el punto de que después de haber sido la formación más votada no pueda gobernar, porque tiene más en su contra que a favor. El pepé lleva camino de pasar a la clandestinidad, como le ocurrió a la UCD de Suárez, y terminar engullido por los nuevos vientos de Ciudadanos.
Y es que los populares se lo han ganado a pulso. Por complejo o porque no dan más de sí han venido adoptando decisiones disparatadas que no se acaban de entender, y eso sin contar con que cientos de sus políticos se han dedicado a llevárselo crudo mientras en Génova miraban para otra parte, incluso cuando los corruptos se topaban con la Justicia.
Y es que han sido muchas las decisiones de Mariano-Soraya-Gallardón y demás tropa que no se entienden. Indultos a corruptos catalanes, indultos a conveniencia como el del defendido por un hijo del entonces ministro Ruiz Gallardón que conduciendo bebido hace el kamikaze y mata a un automovilista que pasaba por allí. Puesta en libertad del asesino de ETA Bolinaga, recibido y paseado como un héroe por toda Euskadi.
El haber permitido durante tantos y tantos años que los Pujol se enriquecieran o la práctica del tres por ciento que no fue perseguida por la fiscalía a pesar de que en Cataluña era un secreto a voces conocido por tirios y troyanos.
Sin olvidar que se consintiera el odio a España en las escuelas de Cataluña y Euskadi. Una dejación que ahora nos sorprende cuando dos generaciones creen lícito independizarse de España.
Todo ello en medio de una nefasta política de comunicación dirigida por la todavía vice Soraya, que ha creído ser la favorita de prensa y televisión a base de salvar a “El País” y “El Mundo” de la quiebra y permitir las fusiones de las teles, a pesar de los informes contrarios del Tribunal de la Competencia.
Unas televisiones convertidas en podemitas y un diario que sigue la línea de apoyar siempre a que un socialista ocupe Moncloa, para que le riegue de subvenciones y negocio… Soraya ha descubierto horrorizada que después de todos los favores concedidos, justo en este momento crucial, el diario abandona al pepé.
España lo va a pasar mal porque se está formando la tormenta perfecta. Nos asomamos a una legislatura con un Parlamento catalán que ha fijado en 18 meses la desconexión con el Estado y la estructura como República independiente.
Y este es el panorama que deberán resolver jóvenes comunistas, niños pijos de la burguesía, con alguna que otra millonaria por familia, apadrinados por dictaduras totalitarias como Venezuela y subvencionados por el Irán que cuelga de grúas a los homosexuales.
Pedro Sánchez será investido Presidente gracias al apoyo de diez partidos de extrema izquierda, independentistas, separatistas y revanchistas. Llegarán al Gobierno con promesas de salarios sociales y medidas utópicas, en medio de una nueva crisis económica mundial que está a punto de estallar.
Dentro de cuatro años, probablemente antes, a España no la va a reconocer ni la madre que la parió, como decía tan gráficamente en noviembre del 1982 un Alfonso Guerra con chaqueta de pana.
Los del Partido Popular se han ganado a pulso que los votantes les den la espalda y veremos si no les pasa como a la UCD de Suárez, que se disuelvan porque los ciudadanos apuesten en tropel por Ciudadanos.
De momento, el PP va camino de la clandestinidad de la mano de Mariano Rajoy, de Soraya Sáenz de Santamaría, de Javier Arenas, de Celia Villalobos, de Pío García Escudero... vaya renovación.