Joe Biden hace un llamamiento nacional a la vacunación ante un preocupante frenazo. Incluso ofrece, tras “permitirte” quitarte temporalmente el bozal, “vacunarse” en peluquerías. Lo dicho, que el miedo cambie de bando. ¿Y España? Cumplido, en principio, el segundo gran objetivo del Gobierno dentro de la campaña de vacunación contra la covid: cerrar la primera semana de junio con 10 millones de personas con la pauta vacunal completa.
Datos oficiales
El ilegítimo presidente del Gobierno, Cum Fraude, ha anunciado, a través de Twitter, que el 21% de la población española, se ha chutado ya dos dosis del veneno transgénico. Concretemos, el Ministerio de Sanidad ha reportado este viernes que 10,2 millones de personas (el 21,6% de los españoles) han completado la pauta vacunal.
Con la campaña de inmunización ya avanzando a velocidad de crucero y las comunidades inmersas en la inoculación de los fármacos contra la covid a los grupos de edad de 50 a 59 años —algunas, incluso, han comenzado ya con el colectivo de 40 a 49—, el próximo reto del Ejecutivo de Pedro Sánchez es llegar al 20 de junio con 15 millones de personas plenamente vacunadas.
Impidámoslo. Desafíen a la tiranía. Covid, hogaño.
La libertad es el oxígeno del alma
Sean dignos. Y libres, defiendan su libertad. Ahora está en sus manos. Mañana tal vez sea demasiado tarde. Con el enfermante y liberticida bozal les dieron jaque. Con el mejunje transgénico, si pasan por el aro, jaque mate. Y ya sí que no habrá vuelta atrás.
Porque, entiéndanlo, nadie te puede conceder libertad alguna. Nadie te puede dar igualdad o justicia ni nada de nada. Si eres un hombre, la tomas. La libertad nunca es dada; se gana. La única manera de lidiar con un mundo sin libertad es llegar a ser tan absolutamente libre que tu misma existencia se transforme un acto de rebelión continuo. La libertad es la única posesión segura de aquellos que tienen el inexcusable coraje de defenderla. Los que esperan cosechar las bendiciones de la libertad deben, como hombres, sufrir el fatigoso quehacer de realizar óptima labor de siembra.
Mejor morir luchando por la libertad que ser preso todos los días de tu vida. Los que no se mueven, no se dan cuenta jamás de sus cadenas. Y tengan siempre en cuenta que la libertad es el bien más alto que los cielos dieron a los hombres, pero recuerden también que el hombre es libre solo en el momento en que desea serlo. Es difícil liberar a los necios de las cadenas que veneran, lo admito. Pero merece la pena intentarlo.
Debemos estar dispuestos a pagar un precio por la libertad
Ser libre no es sólo deshacerse de las cadenas de uno, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás. La libertad, cuando comienza a echar raíces, es una planta de vertiginoso crecimiento. Para ti, para los demás. La libertad es, sobre todo, la oportunidad de ser mejor. Y recuerden también: los que niegan la libertad a otros no la merecen para ellos mismos.
Debemos ser libres no porque reclamamos la libertad, sino porque la practicamos. A diario. Y contra corriente. La libertad, no encontrarte con tu ex. Para mear y no echar gota la parida de la liberticida Ayuso/Abuso. Nadie está más esclavizado que aquellos que falsamente creen que son libres. Y recuerda, funesta presi, poli bueno de la tiranía covid: no hay tal cosa como un poco de libertad. O eres totalmente libre, o no eres libre.
Los hombres libres son los más fuerte, se respira mejor
El que ha superado sus miedos será verdaderamente libre, ignorando siquiera parcialmente el miedo a la muerte. O a la enfermedad. Exponte a tu miedo más profundo; tras eso, el miedo no tiene poder, y el miedo a la libertad se pliega y desaparece. En tan gloriosos instante puedes afirmar que eres libre.
Vístase por los pies. La libertad significa que no tienes obturado vivir tu vida como tú desees responsablemente escoger. Algo menor es una forma de esclavitud. Sin más. Asumiendo los humanos, humanísimos límites, la libertad es la voluntad de ser responsables con nosotros mismos. Y con los demás.
Gente libre, recordar perennemente este axioma: podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera si se pierde una vez. El cobarde muere todos los días, el valiente, solo una vez. Merece la pena pagar por la libertad, empeñar vida y hacienda. Y dilatados etcéteras. Los que pueden renunciar a la libertad para obtener una pequeña seguridad temporal – trabajo, viajar…- no merecen ni libertad ni seguridad (sanitaria, por ejemplo).
Cuando todo parece perdido, todo puede comenzar a ser ganado. No espero nada. No temo nada. Soy libre. Y moriré como tal. Y humano. Por libre. Y libre. Por humano.
En fin.