Marruecos muy molesto con las plantaciones de cannabis en España
viernes 04 de junio de 2021, 11:49h
La proliferación de miles y miles de plantaciones clandestinas de cannabis en el territorio español, sobre todo en Cataluña, está molestando al vecino país y sus protestas se pueden traducir en la bajada de controles de inmigrantes en nuestras fronteras.
Marruecos es, desde hace muchos años, el mayor productor y exportador de Hachís y kif del mundo. La mayor parte a través de España mediante envíos ocultos en pesqueros y las famosas planeadoras que atraviesan el Estrecho y se descargan en el sur de Andalucía.
Como es conocido, las inmensas plantaciones ubicadas en el norte de Marruecos, en las montañas del Rif, donde se dedican unas 200.000 hectáreas al cultivo del cannabis, son propiedad de la familia real, y el negocio lo administra una hermana del monarca, a la que se le suele ver en Andorra conduciendo un Porsche 911, matrícula marroquí. Varios millones de agricultores se dedican a la plantación y su transformación en paquetes de hachís, una producción de resina de cannabis que se acerca a las mil toneladas por año, en rivalidad con la producción de Afganistán.
Pero las autoridades marroquíes observan como va aumentando la llegada al mercado europeo de productos elaborados en España y sur de Italia, y la consecuente sangría económica que ello supone. Además, los traficantes de cocaína suramericanos ya contactaron con Mocro-maffia, una organización criminal también conocida como Amsterdamse onderwereld, para que a través de la organización magrebí se transportaran alijos de cocaína hacia Europa, para lo que hace años propusieron construir una pista de aterrizaje en el Sáhara Occidental para la llegada de aviones de los productores de América Latina: Colombia, Bolivia, Venezuela…
Cataluña se está convirtiendo en un grano para el país vecino, ya que son sus propios hijos, inmigrantes marroquíes expertos, quienes están a cargo de las plantaciones del cannabis en amplias zonas agrícolas de Lleida, Gerona, Tarragona e incluso en la provincia de Barcelona, utilizando semillas mejoradas genéticamente y resultando un producto de mucha más eficacia que el cultivado en los montes de Ketama, producto muy reclamado por el consumidor europeo. No hay que olvidar que la producción del cannabis representa un tercio del PIB de Marruecos.