9 de mayo de 1976, 45 años de los “sucesos de Montejurra”. Además de dos muertos por disparos de bala y decenas de heridos, se pone en evidencia por enésima vez la estrechísima colaboración, en su día, de los liberticidas y amenazantes servicios secretos con el terrorismo ultraderechista internacional. Otra falsa bandera pues de la transición: triturar oposiciones reales (mientras de paso se legitimaba la línea dinástica del Rey Elefante). Lo mismo que otras falsas banderas: sala de fiestas Scala (aniquilar el anarquismo español), matanza de Atocha (desafilar las uñas al comunismo patrio) y atentado en Árgel contra Cubillo (eclipse definitivo del separatismo canario).
Montejurra, tumba del carlismo
Montejurra, montaña próxima a la localidad navarra de Estella. Se había convertido, debido a su simbólico valor histórico, en la principal concentración anual del carlismo, el movimiento político más antiguo de España, entonces liderado por Javier de Borbón-Parma y su hijo Carlos Hugo, que impulsaron una evolución digamos progresista hasta el punto de que el Partido Carlista resultó ser uno de los fundadores de la Junta Democrática junto al Partido Comunista.
Este sector mayoritario del legitimismo todavía conservaba bastante apoyo popular en la región vasco-navarra, Rioja Alta, Cataluña y zona valenciana y lograba reunir cada primer domingo de mayo a decenas de miles de personas que, desde hacía años, manifestaban posiciones nítidamente antifranquistas.
Cloacas e Internacional Negra, grosso modo
Siniestras cloacas del Estado aliadas a la Internacional Negra, fascistas italianos manejados a su antojo por la CIA/OTAN (la que tuteló nuestra Transición). Red Gladio pues, con respaldo de CATENA (superó a Gladio en importancia y actividad, cadena en italiano), que multiplicó en Europa las acciones anticomunistas de todo tipo: he ahí Montejurra.
Denominándose Operación Reconquista. Operación de carácter militar, los grupos que actuaron el 9 de mayo de 1976 fueron armados por los servicios secretos (entonces el SECED, Servicio Central de Documentación: no olvidar tampoco el SCOE, Servicio de Coordinación, Organización y Enlace) y por la Guardia Civil, existiendo también la segurísima e indudable certidumbre de que igualmente tuvieron conocimiento de los preparativos de la masacre el presidente del Gobierno –Arias Navarro-, el ministro del Interior –Manuel Fraga- e incluso el propio rey Elefante.
Cómo se forjó la Operación Reconquista
El factotum de la escabechina en Montejurra, Antonio María Oriol y Urquijo, a la sazón presidente del Consejo de Estado. Y Juan María de Araluce, presidente de la Diputación de Guipúzcoa, poco meses después masacrado por la banda asesina Eta. También participa Sáenz de Santa María, general jefe del Estado Mayor de la Malamérita. José Arturo Márquez de Prado (antiguo delegado nacional de Requetés), uno de los organizadores de la operación. Francisco Carreras Mauriño, mano derecha del anterior. Y el general pikoleto Ángel Campano López.
De hecho en el despacho de Campano se ofrecieron armas de guerra, como ametralladoras, munición y equipos de comunicaciones para coordinar a los grupos que ocuparían la cumbre y a los que avanzarían, al pie del monte, desde el hotel Irache, impidiendo a los seguidores de Carlos Hugo iniciar el camino de ascenso como hacían todos los años siguiendo el itinerario del Viacrucis colocado tras la Guerra Civil.
El decisivo papel de los carlistas “traidores”: la UNE
Al menos seis de los fundadores de la UNE (Unión Nacional Española, una organización controlada por el tardo-franquismo surgida para aglutinar a los sectores disidentes del genuino tradicionalismo) además de los Oriol, aparecen implicados directamente en la Operación Reconquista. En vísperas del acto de Montejurra, parné en distintas cuentas bancarias de Santander, Burgos, Soria, Logroño y Pamplona para costear los gastos logísticos. Por su parte, Ramón Merino, de la comisión promotora de la UNE, realiza las reservas de habitaciones en el hotel Irache, desde donde saldrán los grupos armados que acabarían con la vida de Aniano Jiménez y de Ricardo García Pellejero.
Igualmente fueron denunciados judicialmente, al ser identificados entre los grupos atacantes, Roberto Bayod Pallarés, María Teresa Aubá Soro, Artemio Benavente García, Miguel Fagoaga Gutiérrez y, desde luego, José Luis Zamanillo, todos ellos promotores iniciales de la UNE.
La fascista Internacional Negra, clave
Y la ineludible presencia en las filas atacantes de numerosos militantes ultraderechistas extranjeros, fundamentalmente italianos y argentinos, vinculados a grupos terroristas como Ordine Nero, Ordine Novo, Avanguardia Nazionale o la Triple A (Alianza Apostólica Anticomunista). Entre ellos había acusados por el gobierno italiano de perpetrar atentados en los que habían sido masacradas decenas de personas, recuerden la matanza del tren de Bolonia, “estrategia de la tensión”, tan calcada a nuestro 11-M; ahora se les veía en territorio español intentando “disolver” de forma violenta e impunemente una concentración política.
Valerio Borghese, Pier Luigi Concutelli, Aldo Tisei, Carlo Cicuttini, Mario Ricci y, sobre todo, el carnicero y jefe Stefano Delle Chiaie, alias Caccola ( “mierdecilla” en italiano, como le llamaban cariñosamente sus correligionarios de salvajadas, jefe terrorista de Avanguardia Nazionale e integrante de la logia masónica P-2, tan aliada al Vaticano y a la mafia) fueron algunos de los más notorios agentes terroristas de Gladio en España. Agreguen Mario Pvicci, Mario Tuti, Elio Massagrande y Carlo Cicuttini, confidentes y colaboradores de los servicios de seguridad españoles.
Comienzan a intensificar sus acciones en los tiempos en que Manuel Fraga es ministro de la Gobernación. Participan en los comentados sucesos de Montejurra, en el atentado de El Papus, en la matanza de Atocha y en otros muchos hechos sangrientos acaecidos durante la “modélica” y “pacífica”Transición. Su intervención en la guerra sucia contra la banda asesina Eta deviene decisiva y la colaboración de algunos de ellos con los maderos españoles se prolonga hasta mediados de los ochenta en la época de los atentados de la banda terrorista gubernamental GAL, la mismita época de las mafias policiales, atracos a joyerías mediante. Memento El Nani. Y siempre el tráfico de drogas y de armas financiando todos los criminales tejemanejes.
España, el reino de la impunidad total
Y, por supuesto, impunidad total. Para todos. Incluido el "hombre de la gabardina", mano ejecutora, el siniestro milikito José Luis Marín García Verde. Vivió tranquilito en Huelva hasta 2001, fecha de su óbito. Y la misma impunidad para todos. Como todo en España, cuando se trata de las cloacas, o las cúspides, o de coronados elefantes. Tan lejos tan cerca. En fin.