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Putin obliga a Obama a acelerar el fin de la guerra en Siria

Por Enrique_MONTÁNCHEZ
martes 22 de diciembre de 2015, 08:23h

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Apenas dos meses y medio después de que Rusia comenzase su intervención militar en Siria contra el Estado Islámico, las cinco grandes potencias que controlan el Consejo de Seguridad de la ONU han aprobado la primera resolución que establece la “hoja de ruta” para un alto el fuego y la transición democrática al régimen de Bashar al-Asad. La estrategia de Putin, que ha dejado al descubierto los apoyos de Estados Unidos y Turquía a los yihadistas, ha arrastrado a Obama a acelerar el fin de la guerra.

La resolución aprobada el 18 de diciembre por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas establece la “hoja de ruta” para el alto el fuego y el inicio del diálogo entre el régimen de Bashar al-Asad y los grupos de oposición de cara a la transición democrática en Siria y la convocatoria de elecciones libres en 18 meses.

La prensa de todo el mundo ha resaltado estos días que era la primera vez,desde el estallido de la guerra civil siria en 2011, que el Consejo de Seguridad aprobaba una resolución sobre una salida negociada al conflicto sin que ninguno de sus cinco miembros permanentes -EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia- ejerciese el derecho a veto.

Pero pocos medios han puesto el acento en que el acuerdo de las grandes potencias se produjo apenas dos meses y medio después de que Rusia comenzase su intervención militar en Siria para acabar con el Estado Islámico o Daesh.

Putin ha sacado a la luz los apoyos occidentales al Estado Islámico y la implicación del clan Erdogan en el contrabando del petróleo yihadista

Sin la participación rusa, que ha sacado a la luz los apoyos occidentales al Estado Islámico y la implicación del clan Erdogan en el contrabando del petróleo robado por los yihadistas, muy probablemente seguiríamos creyendo en el éxito de la coalición internacional liderada por Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo.

Los bombardeos ordenados por Putin han desbaratado en apenas en dos meses y medio -desde el inicio de la campaña aérea el 30 de septiembre- el poderío militar del terrorista Estado Islámico, algo que la coalición no había conseguido en año y medio… lo que da que pensar.

Con su apoyo a las negociaciones de Viena que han desembocado en la resolución de la ONU, el presidente Obama ha salido del “shock” que le produjo la intervención de Putin en Siria y trata de retomar la iniciativa.

La resolución cumple un doble objetivo: parar la sangrienta guerra en Siria mediante un alto el fuego y, al mismo tiempo, frenar la influencia rusa que crece cada día. El dirigente ruso ha tenido la habilidad de presentarse como el “salvador” de Occidente ante el terrorismo yihadista por la inacción, cuando no apoyo encubierto, de Estados Unidos.

Obama trata de retomar la iniciativa para restar protagonismo a Putin que se presenta como “salvador” de Occidente ante el terrorismo yihadista

Washington pretendía acabar con Bashar al-Asad por oponerse al gasoducto qatarí que debía atravesar Siria en su camino hacia Europa. Un proyecto inspirado por Estados Unidos para quebrantar la economía rusa, basada fundamentalmente en las exportaciones de gas y petróleo.

Para derrocar al presidente sirio todo valía, incluido el apoyo al Estado Islámico, al Frente Al Nusra (Al Qaeda) y a toda organización contraria a Damasco.

Sin embargo, el presidente Obama no contó con que los islamistas se volvieron incontrolables a medida que lograron autofinanciarse y dejaron de depender al cien por cien de las generosas donaciones de príncipes saudíes y jeques qataríes. El punto de inflexión ha sido, como ya se ha señalado, que Putin descubriese el pastel.

Moscú no quiere empantanarse militarmente en Siria

Ello unido al interés ruso de apoyar la resolución de la ONU para evitar empantanarse militarmente en Siria como ya le ocurriera en Afganistán en época de la URRS. Los bombardeos han debilitado al Estado islámico, pero sin la ocupación del territorio sirio por fuerzas terrestres, rusos y yihadistas pueden estar jugando al gato y al ratón durante meses y meses.

Sibilinamente Moscú proponía hace dos semanas que la OTAN interviniese en Siria en el marco de una gran coalición junto a Rusia. Con tan atrevida propuesta, Putin conseguía dos cosas: la “victoria” propagandista de que las fuerzas de la OTAN combatieran codo con codo junto a las tropas rusas y, al mismo tiempo, aflojar la tensión de la Alianza Atlántica sobre Ucrania.

Kerry y Putin negociaron en Moscú las bases de la resolución de Naciones Unidas para acabar la guerra

Todo este cúmulo de elementos han llevado a la aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad con la que arrancan las negociaciones entre Bashar al-Asad y la oposición, y un alto el fuego fundamental para todas las partes, en primer lugar para la atormentada población siria.

Las bases del acuerdo se forjaron el martes anterior (15 de diciembre) en las reuniones que por espacio de seis horas mantuvieron en Moscú el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, con el presidente Putin y el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.

Negociaciones entre la oposición y Al-Asad

El principal punto de fricción entre rusos y norteamericanos fue elaborar la lista de organizaciones que acudirán a negociar en Viena con los enviados del régimen de Al-asad, y cuáles de estos grupos debían ser excluidos por terroristas. El Estado Islámico y el Frente al-Nusra (nombre que toma Al Qaeda en Siria) quedaron fuera del listado.

En segundo lugar se discutió sobre qué organizaciones políticas eran genuinamente sirias y representativas, y cuales han sido creadas por Washington con objeto de modelar la era post Al-Asad en función de los intereses estadounidenses.

Rusia logró que el papel del presidente Bashar al-Asad en las negociaciones de Viena no se cuestionara, y no se tomase ninguna decisión sobre si podrá presentarse a las primeras elecciones democráticas dentro de 18 meses.

Washington ha suavizado su postura y ya no pone fecha para que el presidente Al-Asad abandone el poder

La diplomacia norteamericanahabía sostenido hasta ese momento que el dictador Al-Asad no tenía legitimidad para seguir en el poder, pero suavizó su postura y ya no pone fecha para su salida.

Uno de los momentos más tensos del encuentro entre Kerry, Putin y Lavrov se produjo cuando el jefe de la diplomacia estadounidense planteó que los bombardeos rusos además de contra el Estado Islámico, tenían como objetivo la oposición siria. Lavrov respondió que quienes hacen esas acusaciones no han podido aportar prueba alguna.

Rusos y norteamericanos reconocieron que el terrorismo yihadista es una amenaza mundial que abarca, además de Siria, a Libia, Yemen, Afganistán e Irán.

El ejército de Bashar al-Asad lucha contra cerca de mil grupos rebeldes que cuentan con 100.000 combatientes. Desde 2014 el Estado Islámico controla gran parte del territorio sirio, fundamentalmente el este desértico y menos poblado.

Hoja de Ruta sobre Siria

Calendario para el final de la guerra en Siria, negociado en Viena entre los jefes de las diplomacias norteamericana (Kerry) y rusa (Lavrov):

  • Alto el fuego e inicio del diálogo directo a partir de enero de 2016 entre el régimen de Bashar al-Asad y los principales grupos de oposición (excluido los terroristas Estado Islámico y Frente al-Nusra/Al Qaeda).
  • Continuación de “acciones ofensivas y defensivas” (bombardeos de Rusia y de la coalición internacional) contra ambos grupos terroristas.

  • El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presentará el 18 de enero un informe acerca de cómo hacer seguimiento del alto el fuego.

  • Establecimiento en el plazo de seis meses de un gobierno de transición “creíble, inclusivo y no sectario”, que prepare las elecciones y elabore una nueva Constitución.

  • Realización de elecciones “libres, justas y transparentes”, bajo supervisión de la ONU en el plazo de 18 meses.

  • La transición política debe ser dirigida por los propios sirios.
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