Los autores de los citados delitos serían cuatro hombres y tres mujeres de entre 20 y 30 años, detenidos en la actualidad, que habrían contactado con la víctima de 30 años de edad y discapacitado para, posteriormente, mantenerle retenido en el edificio de uno de ellos durante dos días, donde cometieron torturas que no han trascendido en su totalidad.
Al parecer, le tatuaron dos penes en la cara, le quemaron partes del cuerpo, le cosieron los dedos de los pies y le pusieron pegamento en la boca, entre otras torturas, algo que habrían dejado grabado en un teléfono móvil.
Tras ser liberado por la Policía Nacional, la víctima tuvo que acudir al hospital tras este indignante incidente, que ha conmocionado a la localidad.
Pese a ser un hecho aislado, no es la primera agresión a este colectivo en lo que llevamos de año. Hace unas semanas veíamos unas lamentables imágenes en las que varios menores agredían a otro y que subían a las redes sociales como muestra de su 'proeza'.