La titulación de hoy hay que leerla como si fuera una repetición de la misma, fue tan exitosa que mucho me llevó a no utilizarla nuevamente.
Benjamín Netanyahu rompió con todo lo acostumbrado en el mundo periodístico, con pocos minutos de anticipación comunicó al canal de mayor rating en su noticiero nocturno que estaba camino al mismo para que, en vivo y en directo, le realizaran un reportaje, el primero con el cual lanzaba oficialmente su campaña.
A partir de dicho momento el problema ya era del canal, quien lo asumía era la mayor pregunta, ¿quién estaba dispuesto a un enfrentamiento periodístico directo de tanta envergadura? Hay rumores sobre importantes nombres que rápidamente desaparecieron, todo indica que no quisieron asumir un alto riesgo personal, estaba claro que la movida del Primer Ministro no era casual, todo estaba por él calculado.
Hoy todos hablan sobre el mismo, la solidez argumental, sin papel alguno como ayuda memoria, la tranquilidad física, una sonrisa provocativa, clara indicación que él sabía que estaba ganando por goleada.
Una experimentada periodista, casi 20 años frente a la principal pantalla, dejaba ver una forzada sonrisa y preguntas no ordenadas, el nerviosismo estaba a la vista de millones de televidentes, tal es así que al reproducirlo en los Estados Unidos no tuvieron inconveniente en destacarlo.
Los efectos y consecuencias ya comenzaron, dos de los principales partidos que se le oponen a Netanyahu hoy se desprendieron de sus asesores publicitarios, otros cambios vendrán.
Seguramente no será la única sorpresa, habrá otras en donde el reparto de esos US$ 50 mil millones de dólares será sólo parte del mismo.
Esperemos, el tiempo ya comenzó a correr.
Hasta la próxima...
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