En el caso investigado que dio origen a esta operación, dos personas fueron detenidas ilegalmente y ocultadas en un viejo contenedor de mercancías, en una finca privada de la provincia de Toledo, donde fueron sometidos a una extrema violencia
La investigación acreditó que estaban preparando un “golpe” en una empresa de tecnología, para lo que tenían perfectamente planeado el secuestro del vigilante de seguridad de la misma, no llevándose a cabo únicamente por las restricciones de movilidad derivadas de la alerta sanitaria del COVID-19
La Guardia Civil, en la denominada operación RÍO LOBOS, ha conseguido desarticular íntegramente un peligroso grupo criminal asentado en las provincias de Madrid y Toledo, acusado de la comisión de hechos delictivos graves, principalmente tentativa de homicidio, secuestro, torturas y robos con violencia. La actividad delictiva de este grupo delincuencial se centraba principalmente en la sustracción de efectos, prioritariamente joyas y dinero, mediante el empleo de una violencia extrema sobre sus víctimas, las cuales eran previamente detenidas ilegalmente, siendo torturadas con el fin de conseguir la información necesaria si no conseguían sus objetivos inicialmente.
Perfectamente equipados y caracterizados de cuerpos policiales
La investigación se inicia por la Sección de Delincuencia Organizada Contra el Patrimonio de la Unidad Central Operativa (UCO) y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia, a raíz de la denuncia presentada por un matrimonio de ciudadanos españoles en la que relatan cómo fueron interceptados mientras se desplazaban por la provincia de Segovia, al ser asaltados por un grupo de personas que iban vestidos como miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y armados, siendo introducidos por separado en sendos vehículos y trasladados por diversos tipos de carretera por espacio de casi dos horas, introduciéndoles finalmente en una especie de habitáculo que, posteriormente, pudieron describir como un contenedor de mercancías. En ese lugar comenzó la parte más dura de su cautiverio, al ser brutalmente agredidos para que revelaran donde tenían escondidas las joyas y el dinero en su domicilio, así como las claves de los sistemas de alarma y posibles cajas de seguridad.
Análisis de más de 200 kilómetros de vías de comunicación
Inmediatamente comenzó, por parte del equipo investigador, la reconstrucción de los hechos acaecidos, procediéndose al análisis de multitud de datos de toda índole recogidos en la reconstrucción de los hechos realizada a lo largo de más de 200 kilómetros de diversas vías de comunicación. Este análisis, unido a los datos obtenidos en otras labores de investigación complementarias, permitió la obtención de una serie de indicios de gran interés para la investigación que, tras más de 6 meses, permitieron a los agentes corroborar la existencia de un grupo perfectamente organizado y cohesionado, formado siempre por más de cuatro personas coordinadas para la perpetración de delitos graves, y teniendo cada uno de sus miembros funciones perfectamente asignadas, como son la selección de lugares y víctimas, medios de transporte a emplear, vigilancias sobre posibles objetivos y valoración del posible beneficio económico a obtener.
“Botín” de 14 millones de euros y cese de la actividad delictiva por el COVID19
Con todos los componentes del grupo delictivo identificados, los investigadores pudieron conocer con total certeza que los mismos tenían previsto, en un breve espacio de tiempo, llevar a cabo un robo de gran envergadura en una empresa del sector de las tecnologías, en el que se harían con un “botín” estimado de más de catorce millones de euros, siempre según la previsión de sus integrantes. Esta actuación, en la tenían perfectamente planificado y organizado el secuestro del vigilante de seguridad de la citada empresa, fue abortada por los propios autores por las restricciones de movilidad derivadas de la alerta sanitaria del COVID 19, circunstancia que ha condicionado de forma muy importante la presente investigación, ya que si bien las personas investigadas pasaban largos periodos de tiempo de inactividad, los agentes han mantenido en todo momento el control operativo sobre todas ellas, estando permanentemente preparados para proceder a las detenciones in fraganti de los posibles responsables en el momento que se hubiera detectado que fueran a actuar. Finalmente, teniendo en cuenta la evolución de la pandemia generada por el COVID 19 y las situaciones generalizadas de confinamiento anteriormente descritas, cuando se cumplía el año desde que se produjeron los graves delitos por los que se inició la presente investigación, se procedió, en perfecta coordinación con el Juzgado de Instrucción nº 1 de Sepúlveda (Segovia), a la detención de todos los implicados con actuaciones en los partidos judiciales de la ciudad de Madrid, Móstoles, Illescas y Torrijos (Toledo).
Precisión en la ejecución de sus actividades delictivas
Cuatro de las personas detenidas son las que materializaron el secuestro, traslado y torturas de las víctimas, con cuya denuncia se inicia la presente investigación, mientras que los otros dos son los que, con la información precisa que proporcionan a los anteriores, ponen a las dos víctimas en el punto de mira de este violento grupo criminal, propiciando que pudiesen ejecutar los delitos descritos con precisión casi militar, considerándoseles de esta manera como cooperadores necesarios y, por lo tanto, como coautores de los delitos investigados. Se han llevado a cabo 6 registros domiciliarios, resaltando que, en uno de ellos, uno de los objetivos de la presente investigación efectuó un disparo contra la fuerza actuante, cuyo proyectil, milagrosamente, sólo rozó el cuello de unos de los agentes de la Unidad Central Operativa. En estos registros se han intervenido dos armas cortas de fuego y una escopeta con los cañones recortados, todas ellas aptas para hacer fuego real, así como abundante munición para dichas armas, varias armas simuladas, pistolas táser, armas blancas, grilletes, gran cantidad de prendas de uniformidad policial como uniformes, gorras, chalecos identificativos, chalecos antibalas, placas policiales identificativas, rotativos de vehículos policiales, así como matrículas falsificadas, dinero en efectivo, joyas y gran cantidad de pruebas que vinculan a los detenidos con los hechos investigados. La operación ha sido llevada a cabo de forma conjunta por la Sección de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Segovia, todo ello coordinado por el Juzgado de Instrucción número 1 de Sepúlveda (Segovia), cuyo titular ha decretado prisión incondicional para todos los detenidos.